-¿Sigue teniendo la región condiciones objetivas para desarrollar una industria química con mayor enjundia?

-Cuando apostamos por Asturias, la situación era más difícil en cuanto a infraestructuras y comunicaciones. Todo eso ha mejorado. Antes de llegar aquí, en 1989, hicimos un estudio exhaustivo y vimos que había las condiciones para que esto pudiera tener éxito. Y no sólo por las ayudas, que eran las mismas que en otras partes de Europa. Las condiciones para que las familias extranjeras pudieran sentirse cómodas estaban; la formación profesional de la gente, también. El tiempo ha demostrado que la elección fue un éxito. ¿Por qué no habría de ocurrir lo mismo con otras empresas? Ésa era la situación entonces y ahora es mejor, con la gente más formada, más habituada también a los idiomas, a trabajar en ámbitos internacionales.

-El fantasma de la deslocalización se agita de vez en cuando en las instalaciones de las multinacionales en Occidente. ¿Existe ese riesgo ahora?

-Las plantas industriales no son cosas que las puedas levantar y llevártelas. Y acabamos de invertir mucho dinero. Además, de nomex e ICL sólo hay otras dos plantas en todo el mundo, así que no tendría sentido deslocalizar. Aunque unas vayan mejor que otras y unos productos tengan más competidores que otros, las plantas están fuertes, es obvio.

-Sí se han deslocalizado de Asturias parte de los servicios financieros que se habían concentrado aquí...

-Du Pont pensó en su día en un proyecto para centralizar las finanzas en un sitio, con gente preparada. Se escogió una actividad para hacer una prueba y se estableció en Asturias. Con el tiempo se demostró que era un servicio muy competitivo y se ampliaron sus funciones. Se formó el primer centro piloto en el mundo y funcionó. Pero no podíamos pretender que desde Asturias, por la diferencia horaria, de idiomas, de cercanía a los clientes, se hiciera todo para todo el mundo. El de aquí es el centro pionero y el que más sabe, pero lo lógico era también tener otros en Asia y en Estados Unidos. Y no se ha perdido empleo.

-¿Cuánto empleo tiene Du Pont en Asturias?

-Cuando CSC estaba dentro del complejo (compañía proveedora de servicios tecnológicos que llegó con Du Pont a Asturias), éramos 1.300. Ahora, que ellos están en el PEPA (Parque Empresarial del Principado de Asturias, en Avilés), seremos unos 1.100, entre «duponters» (trabajadores de plantilla) y otra gente que trabaja para nosotros de manera permanente.

-¿Hay previsión de nuevas incorporaciones?

-Estuvimos contratando hasta el año pasado para las nuevas plantas. Últimamente hemos hecho alguna selección y alguna contratación, pero a escala pequeña.

-Du Pont ha sufrido en la Bolsa, como otros valores muy pegados al ciclo económico. Los títulos retrocedieron casi un 20% en el último año...

-Las acciones han caído, pero menos que las de otras compañías. Du Pont ha marcado sus estrategias y ha generado cierta confianza. Hace unos meses el grupo compró por 4.700 millones de euros Danisco, una de las grandes compañías de alimentación del mundo. Fue una señal positiva para el mercado. Y los resultados económicos de los últimos años han sido sólidos.

-EE UU aboga por más gasto, por planes de estímulo para evitar una segunda recesión. Europa receta austeridad... ¿Cuál es el camino correcto?

-Necesitamos los dos. Tenemos que controlar el déficit y la deuda, pero si sólo hacemos eso, cortar y cortar y cortar, no habrá crecimiento. Tenemos que inyectar gasolina en los motores de la economía. Estos últimos trimestres demuestran que sólo cortando no generamos crecimiento. Hay que controlar el déficit, sí, pero no hasta el punto de ahogar a las economías y que se evapore el crecimiento.

-¿Hay que atar más en corto a los mercados financieros?

-Se ha demostrado que no funciona lo de pensar, como creía Alan Greenspan (ex presidente de la Reserva Federal de EE UU), que los mercados se autorregulan, que pueden funcionar sin unos mínimos controles. Sería bueno que los políticos empezaran a ponerse de acuerdo sobre eso.

-¿Una salida para Europa?

-Mirar hacia el modelo de EE UU. Tienen una moneda común, como nosotros, pero además tienen una flexibilidad que facilita el desarrollo de la economía y una generosidad financiera entre los estados que aquí nos falta. Y también nos falta transparencia. Si hay países que están en situación de quiebra, que supongo que sólo hay uno (Grecia), habrá que reconocerlo, abordarlo ordenadamente y sacarlo adelante.

-Ha mantenido un primer contacto con el nuevo Gobierno del Principado. ¿Qué espera de este Ejecutivo?

-Siempre tuvimos muy buena relación con todos los gobiernos y estoy seguro de que con éste las tendremos también.