El déficit de las cuentas públicas españolas fue en 2011 peor que las más desfavorables aproximaciones oficiosas que había divulgado el Gobierno desde que llegó al poder a finales del pasado año. Según el Ministerio de Hacienda, el «agujero» del conjunto de las administraciones fue de 91.344 millones de euros, equivalentes al 8,51% del producto interior bruto (PIB), lo que supone dos puntos y medio por encima de lo pactado con la Unión Europea (UE). Tal resultado implica que si Bruselas no suaviza el objetivo ya concertado para este año (4,4%), el país se verá abocado a un ajuste draconiano (superior a los 27.000 millones). Las estimaciones divulgadas por el Ejecutivo certifican al mismo tiempo el intenso deterioro de las cuentas del Principado, con un desfase entre gastos e ingresos que superó los 800 millones en el conjunto del año y que creció en cerca de 500 millones en el último trimestre .

Distintos miembros del Gobierno central -incluido el presidente Rajoy ya en el discurso de su investidura- habían aireado hasta ahora estimaciones de déficit que se movían entre el 8% y el 8,4%. El Ejecutivo se escudó en esos primeros cálculos provisionales, basados en informes de la Intervención General del Estado, para acometer la subida de impuestos (IRPF e IBI) y el recorte de gastos (9.000 millones) decididos el pasado enero. Según desveló ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el Gobierno acaba de notificar a la UE que el déficit español llega al 8,51%, debido principalmente a un generalizado incumplimiento de los límites fijados para las comunidades autónomas. El panorama de las cuentas es el que se sintetiza en los siguientes puntos.

l Bajo el Gobierno del PSOE, la Administración general del Estado se quedó en 2011 a tres décimas de cumplir su parte de la reducción del déficit. El compromiso era un desfase máximo del 4,8% y se alcanzó el 5,1%.

l La Seguridad Social entró en déficit (-0,2%, 995 millones), cuando la previsión del Ejecutivo anterior era tener superávit (0,4%).

l El desequilibrio en el caso de las corporaciones locales (4.069 millones) fue del 0,38%, sólo ocho centésimas por encima del límite comprometido.

l El conjunto de las autonomías registró un desfase de 31.541 millones de euros, lo que supone el 2,94% del PIB. Es un déficit igual al de 2010 y que más duplica el techo pactado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (1,3%).

Las comunidades autónomas aparecen como el gran foco de los problemas presupuestarios de la Administración española. Sólo una región, Madrid, se quedó por debajo del límite del 1,3%. El resto de las autonomías, incluida la asturiana, hicieron que ese techo saltara por los aires.

La información estadística que ayer divulgó el ministro Montoro da a entender que las cuentas públicas del Principado se deterioraron de manera muy intensa durante los últimos tres meses del año. Hasta septiembre, el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos había comunicado un déficit de unos 370 millones, equivalente al 1,57% del PIB regional. La cuenta anual de 2011 eleva los desequilibrios al 3,64%, lo que supone una diferencia entre gastos e ingresos superior a 800 millones. Esto es, en el último tramo del año más que se duplicó el déficit de las cuentas asturianas. Fue una pauta que se repitió en la mayoría de las comunidades autónomas.

A preguntas de este diario, el Gobierno regional declinó hacer ayer una valoración sobre los datos de déficit. En octubre del pasado año, el Principado aprobó un ajuste presupuestario de 156,8 millones de euros. El equipo económico de Álvarez-Cascos se ha quejado de forma reiterada que las previsiones de ingresos del Gobierno anterior eran irreales y de que durante la Administración de Areces se abusaba de lo que considera «deuda oculta» (desplazamiento a ejercicios futuros del pago de gastos realizados en ámbitos como la sanidad).

El dato nacional del déficit puede resultar clave para que Europa decida si flexibiliza o no la hoja de ruta que debe cumplir el país para estabilizar sus cuentas. El ministro Montoro negó ayer que el Gobierno aspire a conseguir esa relajación, aunque él mismo y otros miembros del Gobierno lo han sugerido en ocasiones precedentes. «España no necesita relajar nada, sino reconocer dónde está», dijo Montoro.

Si Europa mantiene el objetivo actual -acabar 2012 con un máximo del 4,4% de déficit-, España tendría que abordar, en plena recesión, otro ajuste fiscal (recortes de gasto y subidas de impuestos) de 27.000 millones, a mayores del aprobado en enero. De la envergadura de un ajuste así da cuenta el hecho de que el conjunto del gasto sanitario español asciende a 65.000 millones al año. La UE se ha mostrado por ahora renuente a revisar el objetivo de déficit público, aunque el debate está abierto para España y para otros países.