Oviedo, M. M./ J. L. S. / J. A. A.

Arcelor-Mittal recortará la plantilla de la división de Largos en Veriña (Gijón) en 113 puestos de trabajo a finales de este mes. La dirección de la compañía y los sindicatos empezarán a negociar hoy, «taller a taller, y hombre a hombre», por dónde empezarán los ajustes. La pretensión de la empresa es que a finales de 2013 las instalaciones gijonesas tengan 620 trabajadores, 191 menos que a finales de 2011, incluido personal auxiliar. La acería y el alambrón sufrirán los mayores recortes. Fuentes del sector próximas a la multinacional destacaron ayer que se haya conseguido un acuerdo en un tiempo récord, lo que, añadieron, «ha sido muy bien recibido en Luxemburgo -sede central del grupo que dirige Lakshmi Mittal- y supone una prueba de credibilidad de que Asturias está dispuesta a hacer esfuerzos para salvar su planta».

Los mayores recortes de plantilla en Gijón se van a producir en la acería (85 puestos de trabajo) y en alambrón (50), mientras que en carril se reducirán en 27 y en otras actividades se perderán dos, según la propuesta de la empresa. La conclusión es que a finales de 2013, y teniendo en cuenta las mejoras tecnológicas que se realicen en las instalaciones, Veriña deberá tener una plantilla ajustada de 620 trabajadores, incluido el personal externo.

Para abordar este ajuste la empresa y los sindicatos han pactado los siguientes puntos:

l Reorganización de la plantilla con la máxima flexibilidad y polivalencia.

l Redimensionar la plantilla de personal técnico.

l Medidas técnicas -inversiones- que permitan abordar la reestructuración.

l Movilidad funcional entre producción y mantenimiento.

l Formación para aumentar la polivalencia de los trabajadores.

l Redistribución de tareas entre personal propio y externo.

El principio de acuerdo suscrito entre la dirección de Arcelor-Mittal en Asturias y los sindicatos se sustenta en las fluctuaciones del mercado, que condicionan la carga de trabajo y que perfilan una situación «muy incierta» a corto y medio plazos. A estas circunstancias se suman el elevado precio de venta -debido en parte al encarecimiento de las materias primas- y unas pérdidas reincidentes que la empresa ya considera estructurales, no coyunturales.

Las negociaciones se reanudan hoy -si no hay imprevistos- y deben finalizar como máximo la semana que viene, porque es el plazo que, en principio, se ha dado a la dirección de la compañía en Asturias para que envíe a Luxemburgo el acuerdo en el que consten la reorganización de la plantilla y las medidas y plazos de aplicación para realizar los ajustes.

El presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, defendió la labor de los sindicatos asturianos en la negociación con Arcelor. «Afortunadamente para Asturias, la madurez de los sindicatos asturianos está tan acreditada que el papel de mediador, para el que el Principado siempre está disponible, ni es ni necesario ni lo va a ser». Cascos confirmó a los responsables de la federación de industria de CC OO que Foro Asturias pretende lograr «un marco estable para dar garantías de horizonte» a la siderurgia asturiana ante el riesgo de posibles decisiones de deslocalización de producción e inversiones. El presidente regional consideró necesaria «una reforma estructural de la tarifa eléctrica», sin explicar cómo.

El secretario general de UGT en Asturias, Justo Rodríguez Braga, resaltó sobre Arcelor que «aunque haya beneficios estamos sometidos a una fuerte presión por parte de la dirección de la multinacional». Y reclamó a la siderúrgica «responsabilidad con el territorio».

Antonio Pino, secretario general de CC OO en Asturias, reconoció que podrían tomarse medidas para mejorar los costes de producción y resaltó que hay otros elementos que el Gobierno central debería «entender y atender con urgencia», como el coste de la energía eléctrica.

El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Severino García Vigón, destacó que se ha demostrado la «madurez» de los sindicatos y de la propia empresa. «Han sabido adaptarse a las circunstancias», apostilló.