Madrid, Efe / EP

Baeza / Barcelona, Efe

Cándido Méndez, secretario general de UGT, invitó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a sentarse a negociar con los sindicatos la «rectificación» de la reforma laboral «inútil, ineficaz e injusta» para frenar el paro general. De lo contrario, la huelga en el país el 29 de marzo no será el final del conflicto y le seguirán otras acciones.

Según Méndez, el Ejecutivo tiene que corregir en profundidad la reforma para evitar la huelga general. Pero, si no hay rectificación, las movilizaciones seguirá tras el 29 de marzo porque los «recortes laborales» que implanta la reforma «son para toda la vida».

Según el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, la reforma laboral va a costar un millón más de parados. Además, es un «chantaje a la sociedad» porque, amparándose en la crisis se culpa a los parados, al tiempo que el Ejecutivo agita el miedo para que los ciudadanos no participen en la huelga. «Se equivoca el Gobierno», dijo Toxo, «si piensa que el miedo va atenazar a la gente». La reforma, sostuvo, «pretende reducir el precio del trabajo y empobrecer a las personas».

En Madrid, según los sindicatos, participó más de medio millón de personas (30.000 según la Dirección General de la Policía y la Policía Municipal). En Barcelona CC OO y UGT cuantificaron la asistencia en más de 450.000 personas (14.000 para el Ministerio del Interior); en Sevilla fueron «cientos de miles (15.000 según la Policía) y en Extremadura hubo 7.000 para los sindicatos y 4.000 para la Delegación del Gobierno. En Castilla-La Mancha osciló entre los 5.700 de la Delegación del Gobierno y los 21.000 de los sindicatos. La Policía dio 15.000 participantes en Málaga, 9.000 en Granada y unos 5.000 en Valencia, Córdoba, Almería y Cádiz.

La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, cree que es el momento de aunar esfuerzos y no de manifestaciones y huelgas: «Bastante mal están ya las cosas», afirmó. De Cospedal acusó a los sindicatos de haber querido tapar la conmemoración de ayer de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Cospedal lo dijo durante la celebración de un mitin electoral en Baeza. Para Cospedal, los convocantes de la huelga deben pensar qué decirles a los parados, para quienes la reforma será una posibilidad.

El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, replicó que la derecha «no tiene el monopolio del dolor» por el 11-M y que familiares de las víctimas fueron a la manifestación contra la reforma laboral. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del PSOE, auguró más paro por culpa de esta reforma.

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, sostuvo que la huelga general dañará la imagen de España.