Oviedo / Madrid,

M. PRESS / L. GANCEDO

La planta de regasificación de El Musel, la mayor infraestructura energética promovida en Asturias en cuarenta años, terminará de construirse, pero no entrará en funcionamiento en el plazo previsto (2013) ni lo hará hasta que un aumento de la demanda de gas en España lo justifique, algo que podría tardar dos años o incluso más, según reveló ayer el Ministerio de Industria. En el contexto de un plan para contener los precios de la energía, el Gobierno ha optado por dejar en «hibernación» la puesta en servicio de la regasificadora, cuya construcción se acerca a su final tras la inversión de 380 millones de euros. Con esa decisión, los planes de Asturias para modernizar su sector energético sufren un nuevo revés, al igual que el puerto gijonés, que esperaba mejorar sus ingresos con la actividad de la planta.

El Consejo de Ministros aprobó ayer un decreto con ajustes para los sectores de la electricidad y el gas que, según las explicaciones del titular de Industria, José Manuel Soria, intenta frenar los costes que presionan al alza los precios energéticos en España. Industria busca contener el déficit tarifario eléctrico (deuda reconocida con las eléctricas por el desajuste entre costes e ingresos de la tarifa), que ya está en 24.000 millones, e impedir que el incipiente desfase que se está produciendo con el gas natural conduzca a otro agujero multimillonario.

Así que el Gobierno ha tomado la vía de paralizar infraestructuras que, en proyecto o ya en construcción, se deben sufragar con cargo a la tarifa del gas y que, al menos en este momento, no son necesarias. En ese capítulo entra la regasificadora asturiana. El Gobierno la considera innecesaria ahora, en línea con la opinión expresada por la Comisión Nacional de Energía. Industria frena también la autorización de una nueva regasificadora del grupo Villar Mir en Huelva, pero sigue adelante con otra proyectada para Canarias.

El decreto que hoy publicará el «Boletín Oficial del Estado» (BOE) determina, textualmente, «la hibernación de la planta de regasificación de El Musel». ¿Que significa la hibernación? El secretario de Estado de Energía, Fernando Martí Scharfhausen, respondió así: «La paramos, pero no la paramos para siempre. Lo que hemos visto es que Enagás -empresa promotora- está haciendo una inversión que no necesitamos; consideramos que ahora la planta no es necesaria y la dejamos en hibernación».

Enagás aplazó sus consideraciones sobre la decisión de Industria. No obstante, las informaciones recabadas indican que el decreto del Gobierno no implica que se paren las obras en El Musel, en ejecución por Duro Felguera, pero sí que queda aplazada sine díe la puesta en funcionamiento. La construcción de la regasificadora asturiana debería acabar a finales de 2012, para entrar en servicio en 2013.

Una regasificadora acoge el siguiente proceso: grandes buques transportan gas natural en estado líquido hasta la planta, donde primero se almacena en grandes tanques (dos en El Musel) y luego se gasifica y se inyecta en la red de gasoductos para su transporte y distribución. Ese trabajo puede tardar años en comenzar a hacerse en El Musel. Según dio a entender Martí Scharfhausen, la «hibernación» está pensada en principio para dos años, pero el plazo puede variar según evolucione la demanda de gas. «La paramos para estos dos años, pero al final puede ser sólo para seis meses o para tres años, o a lo mejor la tenemos que recuperar en un año si se incrementa la demanda. No es un parón para siempre», dijo el secretario de Estado.

Conforme a las mismas explicaciones, la «hibernación» implicará que la planta de Gijón no tendrá más actividad que la de mantenimiento y que sus ingresos se limitarán al retorno de la inversión que viene garantizado para Enagás con la autorización administrativa. «Pagaremos la parte correspondiente a la inversión realizada», añadió el directivo del Ministerio de Industria.

La planta de El Musel fue incluida en la planificación energética en 2006 por decisión del Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Con José María Aznar en la Moncloa, el PP había rechazado antes el proyecto, alegando que carecía de respaldo empresarial y de justificación técnica. El Gobierno asturiano de Vicente Álvarez Areces no renunció, y la aparición de Enagás como promotor y los proyectos de ciclo combinado (centrales eléctricas alimentadas por gas natural) que recalaron en Asturias la pasada década movieron al Gobierno del PSOE a aprobar la planta, pensada además como una obra capital para los ingresos del ampliado puerto de El Musel. La mayoría de los proyectos de ciclo combinado se vino abajo, pero Enagás siguió adelante con la regasificadora, defendiendo su valor estratégico. España ya cuenta con seis regasificadoras, dos de ellas en la costa cantábrica.