Oviedo

La familia del nuevo presidente de la multinacional de ascensores y escaleras mecánicas Otis, Pedro Sainz de Baranda Riva, contribuyó al origen de la compañía Hulleras del Norte (Hunosa). En concreto, su abuelo Isidro Sainz de Baranda Gorostegui era a mediados del siglo XX consejero delegado de la compañía asturiana Gijón Fabril. Por su pertenencia al consejo de la también asturiana Carbones, Industria y Navegación (una sociedad con accionistas comunes con Hullera Española, de Aller, y ambas vinculadas a los marqueses de Comillas) participó en el origen de Hunosa en 1967 por la nacionalización de las compañías hulleras de la cuenca central de la región. De hecho, uno de los primeros trabajos del gijonés fue en la compañía hullera.

El padre del presidente mundial de la compañía americana, Rafael Sainz de Baranda y González-Arnao, era un alto ejecutivo de la compañía de grandes almacenes Galerías Preciados, fundada y dominada entonces por el asturiano Pepín Fernández. Su madre, por su parte, Elisa Riva Rato, prima carnal del actual presidente de Bankia y ex ministro de Economía, Rodrigo Rato Figaredo, es hija de Margarita de Rato y Rodríguez San Pedro y de Ramón Riva Batalla, éste, emparentado con los navieros y constructores navales gijoneses Riva y Suardíaz.

Los Sainz de Baranda son, además, descendientes del que está considerado como el primer alcalde de Madrid (Pedro Sainz de Baranda y Gorriti, a comienzos del siglo XIX). Su familia se afincó en Asturias a finales de aquella centuria y en 1918 ya veraneaban en Ribadesella y Colunga. Pedro Sainz de Baranda es también, al igual que lo fue su padre, miembro de la Orden de Malta. Tal es el arraigo de la familia del nuevo presidente mundial de Otis que sus progenitores se casaron en Covadonga el 12 de agosto de 1959. Pedro Sainz de Baranda es el tercero y menor de los hijos del matrimonio.

El gijonés fue el número uno de su promoción como ingeniero de Minas en la Universidad de Oviedo y premio extraordinario de fin de carrera. Según confesaba en una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA en agosto de 2002, desde siempre le había atraído la investigación, por eso se trasladó a EE UU.