Oviedo, Javier CUARTAS

El BBVA, el segundo banco español por volumen, se hizo ayer con el grupo de cajas catalanas Unnim (fusión de Caixa Terrassa, Sabadell y Manlleu), que había sido estatalizado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) el 30 de septiembre.

Unnim es la segunda fusión reciente de cajas que no logra sobrevivir en solitario y que es engullida por un competidor, tras la reciente integración en Ibercaja de Caja 3, resultado de la fusión de Caja de Badajoz, Caja Círculo de Burgos y Caja Inmaculada de Aragón (CAI).

Con ambas operaciones se pone en marcha una nueva ofensiva de fusiones, ahora de segundo grado, de la que se prevé que resultará una mayor concentración del sector.

La operación aprobada ayer por el FROB introduce un vuelco en el «ranking» financiero nacional porque, con esta absorción, el BBVA desbanca al Santander como primera entidad en el mercado español, aunque el grupo que preside Emilio Botín continuará siendo mayor por su presencia en el extranjero.

Con la anexión de Unnim -a la que también aspiraban Santander, Popular e Ibercaja- el BBVA satisface su aspiración de acrecentar su presencia en aquellas zonas del mercado catalán donde tiene menor presencia y aspiraba a fortalecerse, pero abre un incógnita sobre la próxima reprivatización de Catalunya Caixa, la otra fusión catalana de cajas intervenidas, de muy superior tamaño que Unnim, y para cuya adjudicación el BBVA se presumía como principal candidato.

Según los términos hechos públicos ayer a la CNMV y por el Banco de España, BBVA pagará un euro por el 100% de las acciones Unnim Banc, que fue el mismo precio que abonó el Estado por la nacionalización de la entidad. Además, y como ocurriera en la reprivatización de CAM y su venta a Banco Sabadell, el Fondo de Garantía de Depósitos (que no se nutre de recursos públicos sino de aportaciones de bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito) cubrirá las pérdidas derivadas de la operación, cuyo importe se estima en 953 millones. A su vez, el Fondo de Garantía concederá un esquema de protección de activos (EPA) por el que este órgano asumirá el 80% de las pérdidas que genere la cartera problemática de Unnim durante los próximos diez años, una vez absorbidas las provisiones constituidas sobre dichos activos. El diseño es análogo al que en noviembre de 2009 estrenó Cajastur para quedarse con el negocio de la Caja de Castilla-La Mancha (CCM).

«Se estima que la reestructuración ordenada de Unnim Banc tendrá un impacto nulo en la ejecución presupuestaria del Estado», afirmó ayer el FROB en alusión al origen privado de las ayudas que recibirá BBVA, procedentes del sector financiero, y no de los Presupuestos Generales del Estado, al igual que ya ocurrió con CAM, CCM y otras.

El BBVA es, junto con el Santander, uno de los dos bancos globales españoles. Ambos figuran entre las 20 mayores entidades del planeta por volumen de activos y por valor de mercado.

El BBVA es el resultado de sucesivos procesos de fusión. Los bancos vascos Bilbao y Vizcaya, históricos rivales desde el siglo XIX, se fusionaron en 1988 y tres años más tarde, en 1991, integraron a Argentaria, la antigua banca estatal, resultante de la unificación de diversas entidades oficiales. Tanto el Bilbao como el Vizcaya habían anexionado previamente a numerosos bancos. Fue el caso del histórico Banco Asturiano de Industria y Comercio, de José Tartiere Lenegre, participado por el Bilbao desde 1930 y absorbido por éste en 1970.