El destino tiene en ocasiones un extraño e imprevisto viaje, en especial cuando la amistad se tiñe de un dolor que se despierta de un largo sueño y aparece de puntillas y en silencio como en el caso del amigo Ramón Colao.

Cuando un amigo se marcha se abre la herida sobre el cuerpo y el alma reza en oración prudente, y se extiende su eco por tierras de Asturias y la Mancha lugares que él como buen Quijote hizo de su vida, bondad, generosidad y humanidad.

Por todo ello, amigo querido, ya cabalgas por tierras de esperanza y a buen seguro que allí recogerás las cosechas de tus fructíferas siembras terrenales. Tu fiel Rocinante, que te acompañó en tantos sueños de conquistas, sabedor de tu fe en las cosas del alma, te dejó sobre la luz de ese territorio que es el destino de todo ser humano.

Nuestras reuniones frecuentes, al calor de la tertulia de los quijotes, donde la amistad es, sin duda, el más hermoso cimiento que la vida nos hizo compartir en felices momentos que hoy se hacen dolor, oración y recuerdo.

Hace unos días viniste de Madrid a Ribadesella para compartir con tus amigos la presentación de unos libros y con motivo de este nuevo encuentro la velada se hizo grata en larga sobremesa y amena charla. Con cariño recuerdo el sentir de tus palabras cuando me dijiste que llevabas tiempo practicando el pensamiento de mi poesía «Un nuevo amanecer» como gratitud a ese día que amanece en esa mirada a un cielo infinito donde cercanía y distancia buscan sendas de esperanza, fe, calma y fuerza, coraje y aliento.

Cuántos días en compañía de Nicanor, Rufino, Paco, Juan, Manolo, Fernando y un servidor con el recuerdo a José Manuel nos hemos reunido para disfrutar, para darle vida a la palabra, a la amistad y al afecto. Siempre en armonía hemos ofrecido generosidad al pasado, con la sosegada esperanza del presente y encontrar el equilibrio en la fe del futuro.

Del mismo modo en nuestras tertulias hemos buscado un día más de promesas y respeto al camino que nos marca el destino. Un día más de amor como cimiento de un mundo que envejece. Un día más para dar gracias a Dios por ese nuevo amanecer que envuelve nuestras vidas y deseamos de corazón para la tuya ese merecido descanso en la paz que te mereces.

Un gran abrazo de tus amigos los Quijotes.