Economista y profesor de la London School of Economics

Málaga,

José Vicente RODRÍGUEZ

Luis Garicano, profesor en la London School of Economist e integrante del INET (Institut for New Economic Thinking, un consejo asesor europeo), considera que el rescate de España es «preferible a que el país se vaya al garete». Garicano, doctor en Economía por la Universidad de Chicago, y miembro de FEDEA, fue premio «Banco Herrero» al mejor investigador económico español menor de 40 años y es consejero de Liberbank.

-Ha criticado usted cierto inmovilismo del Gobierno advirtiendo de que se está desperdiciando un tiempo precioso. También lamenta que el Gobierno echara un pulso perdedor a la UE para tratar de obtener ayuda sin solicitar formalmente un rescate y sorteando las condiciones que exige Europa. ¿Sigue siendo válido el diagnóstico?

-Creo que hay una oportunidad que se está cerrando. En Europa ha habido un cambio de actitud hacia España en los últimos meses, con una percepción cada vez más grande que nos coloca junto a Grecia. Esa percepción es muy peligrosa porque para que Europa haga lo que debe hacer por nosotros es necesario que confíe en España. Ésa era mi crítica, el haber jugado un órdago que luego resultó ser un farol. Se trata de que haya un apoyo de Europa continuado, y eso va a requerir un grado de confianza muy alto. Y a mí me preocupa el cambio de la opinión pública tanto en Holanda como en Alemania. Se nos está cerrando la ventana por la que Europa iba a querer estar detrás de España.

-¿Qué cambios importantes debería haber hecho Rajoy que no ha hecho aún?

-Por un lado, está el problema del sector eléctrico, que en España tiene mucho potencial de inversión y que no se está pudiendo realizar porque hay una incertidumbre gigantesca sobre quiénes van a asumir los costes. Hay un déficit tarifario enorme que no se sabe muy bien quién va a pagar, con una discusión horrorosa y pública entre dos ministros del Gobierno: Cristóbal Montoro y José Manuel Soria. Por otro lado, tenemos la financiación autonómica. Ya no se trata de una chapucilla para que las comunidades puedan seguir financiándose tres meses más; eso no nos lleva a ninguna parte, Se trata de conseguir una solución duradera y viable.

-¿Algo más?

-Se han pospuesto demasiado las soluciones del sistema financiero. Espero que lo que ha aprobado el viernes el Consejo de Ministros contribuya a aclararlo, pero hay que pedir la ayuda para el sistema financiero cuanto antes y usarla ya. Además se va a tener que hacer una reforma de las pensiones porque se nos va a caer el sistema. La visión que yo tengo es que el Gobierno, al principio, pensó que simplemente con no estar Zapatero y con tener un Ejecutivo diferente iba a haber más confianza. Pero la confianza viene de las cosas que haces, y creo que las decisiones no se han tomado con la fuerza y la rapidez que requería una crisis enorme como ésta. La economía española está ahora mismo en una situación dramática, y no se ven soluciones. Cuando las cosas están así, no se pueden esperar meses para tomar medidas.

-¿Estamos abocados al rescate?

-Desgraciadamente, yo creo que es inevitable con este panorama de desempleo, con la fuerte salida de capitales y con la impresión de que la economía se nos está cayendo. Portugal, que está intervenida, nos puede servir como el mejor ejemplo. No está maravillosamente bien, pero está creando muchísima confianza en Europa. La gente ve que está haciendo sus deberes.

-¿Teme el Gobierno las explicaciones que deberá dar a la población si el rescate se produce?

-No puede ser una prioridad del Gobierno tratar de evitar el coste político del rescate en una situación tan dramática como ésta ¿Que es difícil de explicar y que la gente se va a enfadar contigo? Pues sí, pero eso es preferible a que el país se te vaya al garete, y la impresión que hay es que existe una excesiva preocupación por el coste político que tendrá el rescate. Por eso me aterroriza pensar que ahora se abre un período electoral en Galicia y en el País Vasco que puede llevarnos a otro tiempo perdido.

-¿Es imposible aplicar medidas de estímulo económico?

-No existe esa posibilidad porque a España no la financia nadie. Para crear estímulos tendrían que darnos dinero. Sería fenomenal que Europa quisiera hacer un plan de estímulos, pero eso tendría que hacerse a escala comunitaria. Aquí lo que ha faltado es más austeridad, y muchas más reformas estructurales. La economía española tiene muchísimas ataduras y cosas que mejorar. La reforma estructural del Estado es fundamental y todavía no está ni planteada. Y toda la reforma del sector de los servicios profesionales, que podría crear mucho empleo, tampoco.

-¿Qué le falta a la economía española?

-Hicimos hace dos años un estudio sobre la economía española y vimos que hay muchos elementos positivos: infraestructuras, clima, gente joven y bien formada. Pero hay un problema grande: un endeudamiento, sobre todo privado, muy alto que lo contamina todo, y otro de competitividad. Hay que buscar la fórmula de reducir ese endeudamiento sin que caiga sobre el presupuesto del Estado, es decir, sobre los contribuyentes, porque, si no, te encuentras con que no se puede pagar. El problema de competitividad está claramente en vías de solución, pero para el del endeudamiento no se ven soluciones.

-¿Se arreglará el problema bancario para que fluya el crédito?

-La buena noticia de los últimos años ha sido que Europa ha concedido un préstamo barato para que España pueda sanear su sistema financiero. Sin eso no se podría hacer nada, pero ahora se trata de hacerlo. En EE UU hicieron en su momento una ley y en dos meses estaba todo el dinero desembolsado. Aquí llevamos años y años con el asunto financiero y todavía no se ha abonado. Es crucial que se haga cuanto antes.

-¿Qué opina de la posibilidad de que algunas autonomías puedan optar por la independencia?

-La situación económica puede crear una sensación de fracaso del país. Y si uno tiene el fracaso de la idea de España, la gente se va a buscar otras ideas. Me preocupa mucho que en el País Vasco y Cataluña haya una clara sensación de que estarían mucho mejor solos.

-¿Le parece correcto subir impuestos como el IVA para rebajar cotizaciones sociales y abaratar el empleo?

-Sería algo absolutamente fundamental. Está claro que no puedes devaluar la moneda, pero sí puedes hacer que los impuestos recaigan más sobre el consumo interno que sobre la contratación de trabajadores. Lo que pasa es que el potencial recaudatorio del IVA va a ser muy bajo, igual que ha pasado con la subida del IRPF. La gente va a dejar de pedir facturas y el consumo va a bajar.