Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

La dirección de Arcelor-Mittal en España se negó ayer en redondo a modificar alguna de sus propuestas para rebajar, en conjunto, un 25% los costes laborales en sus plantas. Es más, insistió, según los sindicatos, en que si no se llega a un acuerdo antes del próximo día 20 para aplicar sus recortes la compañía se acogerá a la nueva legislación laboral, según la cual podrá modificar las condiciones pactadas y vigentes. Las organizaciones sindicales se negaron a firmar el acta de la reunión y posteriormente, tras acusar a la empresa de romper el diálogo social, anunciaron que ya se preparan para iniciar movilizaciones. Hoy mismo empezarán a preparar un calendario que arrancará con asambleas informativas y que aumentará progresivamente en intensidad y conflictividad.

Los representantes sindicales acusaron a la empresa de mantener el ultimátum formulado el pasado miércoles e, incluso, de «hacer ostentación de su posición de fuerza amparándose en la reforma laboral». Un aspecto, éste, en el que incidió el conjunto de sindicatos con representación en la multinacional siderúrgica. «España está de rebajas y aquí todas las empresas creen que tienen manga ancha y pueden hacer lo que quieran», afirmó José María Laso, máximo responsable del sector siderúrgico en CC OO. «Llevamos mucho tiempo advirtiendo de las consecuencias de la reforma laboral de este Gobierno. Una vez que las multinacionales como Arcelor-Mittal la utilizan como paraguas, ya hay barra libre para todos», aseveró Alberto Villalta, responsable de UGT en la planta de Veriña y uno de los representantes de Asturias en la multinacional.

Arcelor-Mittal quiere reducir un 25% los costes laborales en España y para ello quiere congelar los salarios, aumentar la jornada laboral, rebajar las primas de producción variable y congelar la antigüedad. Los sindicatos, por su parte, defienden que hay muchas otras fórmulas para aumentar la productividad y reducir los costes, pero acusan a la empresa de «no escuchar ni querer oír argumentos ni propuestas. Tienen órdenes de mucho más arriba -en referencia a la familia Mittal, primer accionista de la compañía-, y van con los ojos cerrados a cumplir órdenes». Aseguran también que «la dirección en España no pinta nada». Gonzalo Urquijo es el presidente de la compañía en España y el único directivo español en la cúpula de la multinacional siderúrgica. Sus últimas declaraciones se produjeron cuando anunció el cierre de la planta de largos en Madrid y mostró su confianza en no tener que aplicar más medidas drásticas en España. La multinacional también rechazó ayer realizar declaraciones.

Los responsables sindicales aseguraron ayer que «todos estamos dispuestos a negociar, como siempre se ha hecho. Pero hablemos del próximo acuerdo marco, que hay que aplicar a partir de 2013, y de medidas de ajuste puntuales, de salarios, de jornadas... La empresa se niega porque, en realidad, lo único que quiere es reducir los salarios y aumentar la jornada laboral de manera indefinida. Nos chantajea a los trabajadores y está dispuesta a chantajear a cualquiera», acusaron dirigentes sindicales consultados, quienes también coincidieron en advertir de que «nosotros no negociamos bajo presiones ni amenazas».

La empresa y los sindicatos finalizaron la reunión «dura y muy tensa» de ayer por la tarde emplazándose para un nuevo encuentro al mediodía de hoy. Pero, según las distintas fuentes consultadas, ambas partes acudirán sin esperanza de que se produzcan avances. De hecho, y siempre según fuentes que reclamaron el anonimato, los representantes de la compañía tienen «órdenes tajantes» y «escaso o nulo margen de maniobra». Una de ellas incluso afirmó que «las órdenes parten de Aditya Mittal, máximo responsable financiero de la compañía, de las plantas en Europa e hijo del dueño. Y no hay nada que negociar. Las órdenes son recortar para reducir costes, que las plantas sean más competitivas y conseguir liquidez para reducir deuda. Ésas son las directrices con las que se mueve la dirección de recursos humanos» -responsable de la negociación por parte de la empresa.

Los sindicatos también coincidieron ayer en que «la dirección de España no pinta nada, sólo cumple órdenes. Pero se está cargando el diálogo social que siempre funcionó en esta compañía. Y eso tendrá consecuencias», advirtieron.