Los bancos de Chipre abrieron ayer al mediodía sus puertas después de trece días de «corralito» y con severas restricciones al movimiento de capitales. No se registraron tumultos, aunque sí tensión, colas y mucha preocupación entre los ciudadanos por el futuro de sus ahorros. Y más cuando el Gobierno anunció que las restricciones a la retirada de capitales se prolongarán durante un mes, y no una semana.

El Ejecutivo chipriota también informó ayer que su presidente, Nikos Anastasiadis, se bajará el sueldo un 25% y sus ministros, un 20%, además de renunciar a una paga extraordinaria. El jefe del Gobierno chipriota cobra casi 160.000 euros. La retribución de su homólogo español, Mariano Rajoy, es de poco más de 78.000 euros.

En paralelo, se ha constituido una comisión para que investigue la crisis que atraviesa el país y que lo ha llevado a solicitar un rescate y determinar eventuales responsabilidades.

El Banco Central Europeo (BCE) envió 5.000 millones de euros en camiones blindados desde Lárnaca hasta la sede del Banco Central de Chipre en Nicosia.

La directiva impuesta por el Ministerio de Finanzas establece que no se pueden extraer más de trescientos euros al día de las cuentas bancarias y está prohibido sacar del país más de mil euros, sea por transferencia o físicamente. El uso de tarjetas de crédito es ilimitado dentro del país, pero se ha establecido un límite de cinco mil euros mensuales en caso de utilizarlas en el extranjero. Los mayores problemas de los clientes tuvieron que ver con los cheques, que no se pueden canjear por dinero, sino sólo depositar en cuenta y, además, sólo en las del banco emisor.

El Ejecutivo conservador chipriota explicó que ha conseguido negociar con la «troika» que los fondos del Gobierno, los municipios y las universidades queden excluidos de la quita que sufrirán los depósitos superiores a cien mil euros del Banco de Chipre y del Popular.

En principio, las restricciones sobre el movimiento de capitales serán revisadas día a día durante una semana, aunque el ministro de Exteriores, Ioannis Kasulidis, dijo hoy que prevé que estén en vigor «aproximadamente durante un mes». La Comisión Europea dio su aprobación a la restricción impuesta en Chipre, pero ayer advirtió de que tendrá que ser levantada «cuanto antes» y que vigilará su aplicación y evaluará su posible extensión.

Los acontecimientos que se suceden en Chipre mantienen a los mercados europeos en permanente volatilidad. Las bolsas abandonaron ayer los números rojos, pero con leves avances. El Ibex-35 cerró con un exiguo avance del 0,25%; la Bolsa de París acabó con un alza del 0,53%; la de Fráncfort, en tablas; la de Londres subió el 0,28% y sólo la de Milán perdió el 0,10%.