Autoconvencimiento. Los tres empresarios punteros que ayer participaron en las jornadas "La Asturias que funciona" abogaron por "creer en uno mismo" como condición imprescindible para que cualquier proyecto emprendedor eche raíces. "La confianza en las propias ideas es básica. Cuando hay una buena, lo mejor es lanzarse a por ella sin dudar", destacaron Jaime Baladrón, responsable de Cursos MIR; Álvaro Platero, presidente de Astilleros Gondán; y Carlos Manuel Rodríguez, consejero delegado de Cafento, durante la tercera jornada del ciclo, organizado por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo, con la presencia de numerosos alumnos de carreras de la especialidad. "Aunque en nuestra región existen trabas en muchos aspectos, nunca nos hemos planteado abandonarla porque estamos convencidos de que el éxito es posible en ella", coincidieron.

El coloquio apostó por el tono optimista en un contexto complicado para los jóvenes que ansían poner en marcha su propio negocio. "Es necesario coger el toro por los cuernos. Estamos atravesando una época mala, pero cada uno debe ser responsable de sí mismo y no delegar esa responsabilidad en otros", comentó Baladrón, que empleó un tono didáctico y cercano durante su intervención. El cofundador (junto a la ginecóloga Belén Aldecoa) de Cursos MIR pidió a los universitarios que luchen para que "lo que ocurra en vuestras vidas sea consecuencia de lo que intentéis hacer". "Nos ha tocado vivir un mundo líquido, donde nada es fijo. Las empresas van a estar sometidas a un proceso de selección natural. Por eso, debéis tener motivación, creer en vosotros mismos", señaló este experto en cirugía maxilofacial, que creó su empresa en 1988 para impartir una formación intensiva a los alumnos que preparan el examen de residente, primero en una sala del Colegio de Médicos y, desde hace tiempo, en el Seminario Metropolitano de Oviedo. En poco más de dos décadas, unos 30.000 aspirantes han recibido clases gracias a este innovador formato.

Pero Baladrón también advirtió de los peligros de la autocomplacencia cuando un negocio da resultados. "Nosotros apenas notamos la primera crisis, la financiera. Pero esta segunda, la que afecta a las familias, sí nos ha afectado", dijo. Por eso, los responsables de la empresa rediseñaron su oferta con la apertura de centros en Madrid, Barcelona, Sevilla y Pamplona, donde los alumnos que no se pueden desplazar hasta Asturias por escasez de recursos reciben los conocimientos mediante videoconferencia y contactan con los profesores a través de IPAD. "Decidimos hacer cambios, pero sin faltar a nuestra identidad. Siempre hemos sido fieles a la economía de la ama de casa: no gastamos más de lo que tenemos", señaló. "Hay que estar con un pie en el suelo y otro en el cielo. Y también contar con algo de suerte. Aprender a estar en la cresta de ola, con un permanente equilibrio inestable, porque los cambios de paradigma se producen muy rápido en nuestra sociedad", remató, tras destacar que su aventura empresarial comenzó "con tan sólo un ordenador, muchas horas de sacrificio y poco más". "También hay que estar preparado para que las cosas no salgan siempre bien", recomendó, a modo de conclusión.

A continuación, Platero ahondó en la importancia de acertar con los "cambios necesarios que toda empresa necesita". El presidente de Astilleros Gondán, fundada por su abuelo y con sede en la localidad castropolense de Figueras, narró su experiencia al frente de esta sociedad que se mantiene a toda vela, pese a la crisis y a la errática política de ayudas públicas al sector. "Tenemos la enorme responsabilidad de ser una de las pocas empresas de este tamaño en el Occidente", dijo. "Mi gran aportación fue realizar un cambio tecnológico brutal, pasar de un modelo basado en el diseño de barcos pesqueros a otro que apuesta por la construcción de remolcadores, patrulleras...", señaló. Una transformación que le ha servido para, entre otros muchos méritos, ganar recientemente un premio al diseño más innovador de Europa. "Ahora tenemos dos buques preparados para partir hacia Noruega. Todos estos avances han sido posibles gracias a que me he sabido rodear de un equipo humano fantástico", enfatizó.

"Lo más importante en una empresa es vender. Por eso, el apartado comercial es lo más complicado", prosiguió Platero, que preside la Asociación de Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (Pymar), tras alertar de los peligros que supone "quedarse quieto". "Debemos estar seguros de nosotros mismos. No podemos esperar que los políticos hagan gran cosa por nosotros porque tienen otras prioridades", aconsejó durante el turno de preguntas del coloquio, moderado por el decano de la Facultad de Economía y Empresa, Manuel González. Y denunció que Asturias "cuenta con menos estímulos empresariales que otras regiones, como Galicia".

"Uno de los mayores elementos de éxito en la empresa está vinculado a la educación", indicó el tinetense Carlos Manuel Rodríguez, máximo responsable de Cafento y nieto del fundador de Cafés El Gallego, además de presidente de la Asociación de Empresa Familiar de Asturias. "Mirad a vuestros hijos porque ellos pueden ser los herederos de vuestro trabajo", aconsejó. "El crecimiento de las organizaciones debe ir en consonancia con el crecimiento de la familia", aseveró.

Rodríguez aprovechó la ocasión para narrar su experiencia tras hacerse, hace unos años, con un contrato para vender las cápsulas de café de una marca italiana en España. "Fui a Milán. Nos exigieron vender 20 millones de estas unidades al año, cuando nuestra aspiración era mucho más pequeña. Si no lo lográbamos, deberíamos pagar 800.000 euros. No le dije nada a mi consejo de administración, lo firmé y me lancé al vacío. A día de hoy, vendemos 42 millones, el 15 por ciento de nuestras operaciones", indicó.

Este relato le llevó a concluir que lo fundamental para un proyecto emprendedor es "educar a los hijos en esta mentalidad, trabajar más que la competencia, creer en uno mismo y tener un gran equipo a tu lado". "Lanzaos a vuestras ideas sin hacer muchos planes porque sólo sirven para perder el tiempo; el mercado va por donde quiere", afirmó, alejándose de los dogmas teóricos, tras reconocer que "uno de mis errores ha sido no haber salido nunca al exterior a ver lo que se hace". "Lo fundamental es estar seguros de nuestras posibilidades y avanzar con paso firme", apuntó.