Severino García Vigón anunció ayer su "dimisión irrevocable" como presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), una semana después de que la juez que investiga un presunto fraude fiscal en una empresa familiar del veterano dirigente abriera un procedimiento penal contra él. García Vigón formalizará su renuncia el día 21 de noviembre ante la junta directiva de la organización, que a partir de ese momento iniciará el proceso para elegir al sucesor de quien ha liderado a la clase empresarial de la región durante los últimos dieciocho años.

La FADE difundió un comunicado en el que García Vigón explica escuetamente los motivos de su dimisión. En ese texto el empresario sugiere que no se va por la situación en la que ha entrado últimamente el "caso Enastur" en los Juzgados ni por la erosión que ello ha podido provocar en sus apoyos dentro de la patronal. "Tomo esta decisión con independencia de futuras decisiones judiciales que pudieran afectar a la empresa Energía Astur, a sus apoderados o a mí mismo, con la apertura de procesos, sobreseimientos o incorporando diligencias complementarias", señala el documento. Y añade: "Lo hago en el ánimo de evitar más presiones que las ejercidas sobre la FADE, sobre los miembros del comité ejecutivo, que en todo momento han actuado con gran responsabilidad, y sobre mi propia familia".

"Es mi decisión y la tomó con tranquilidad absoluta", comentó horas después Severino García Vigón ante los periodistas. El aún presidente de la patronal enfatizó que su determinación de dimitir se produjo antes del pasado 31 de octubre, jueves. En esa fecha, García Vigón se reunió con tres de los miembros del comité ejecutivo de la FADE: Alicia Castro Masaveu, representante de la Corporación Masaveu; Juan Alvargonzález, de Naviera Alvargonzález, y César Figaredo de la Mora, presidente de la influyente patronal Femetal.

Según las informaciones recabadas, en ese encuentro García Vigón transmitió a los tres directivos, "pesos pesados" del comité, que no podía "seguir castigando" a la FADE por las presiones a las que él estaba sometido y que el lunes haría pública su dimisión, después de comentarlo con el resto de los miembros del comité ejecutivo.

Según otras explicaciones, unas fechas antes César Figaredo, vicepresidente de FADE además de responsable de Femetal, le habría trasladado a Vigón las enormes dificultades a las que se enfrentaba en el seno de su organización, porque eran numerosos los empresarios que consideraban que el metal asturiano, el sector económico más potente de la región, no debía mantener su apoyo a quien estaba inmerso en un procedimiento penal.

Femetal celebró ayer una junta directiva extraordinaria y urgente con un único punto del orden del día: revisar el apoyo del sector a Vigón en la presidencia de FADE. La reunión había sido convocada ya el pasado martes, a las pocas horas de conocerse el auto de la juez del "caso Enastur". Según esa resolución judicial, la magistrada Begoña Fernández, titular del Juzgado número tres de Oviedo, ha apreciado indicios de fraude con el IVA en tres ejercicios de la compañía de los García Vigón, una distribuidora de gas butano que ahora está en concurso de acreedores y en vías de liquidación.

El grupo de los críticos dio ayer por hecho que "esta vez sí" Vigón dejará la presidencia de FADE, aunque insisten en que "no lo hace por voluntad propia, sino porque ya no cuenta con apoyos y ya no tiene margen de maniobra". Empresarios de este sector opositor criticaron un anuncio "diferido y parcial, pero apostaron por mirar al futuro y buscar un candidato de consenso para "iniciar una nueva senda".

Severino García Vigón, cuyo quinto mandato al frente de la FADE vencía en enero de 2015, hizo un anterior anuncio de dimisión el 22 de abril, después de que trascendiera el pleito por delito fiscal en Enastur y de rechazar la petición de renuncia instantánea que aprobó por mayoría el comité ejecutivo. Vigón dijo entonces que dimitiría el 5 de junio ante la junta directiva. Llegada esa fecha, el presidente de la patronal sometió a votación si debía o no abandonar el cargo. El 61% de la junta directiva votó a favor de su continuidad. A renglón seguido, la crisis de la FADE entró en otro episodio, con una cadena de dimisiones y ceses en el comité ejecutivo y con el nombramiento de uno nuevo.

La renuncia "irrevocable" de Vigón alcanza ahora a su liderazgo en la federación empresarial, pero no a su puesto como presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, responsabilidad que desempeña desde 2002. El pasado abril, el comité directivo de la institución cameral, al contrario que el de la FADE, votó a favor de mantener al dirigente en la presidencia, cargo no remunerado. Las cámaras de comercio están pendientes de la elaboración de nuevas leyes estatales y autonómicas para fijar las reglas de su funcionamiento y financiación futura. Sobre el papel, estas organizaciones tienen que celebrar elecciones en la primera mitad del próximo año. García Vigón no precisó ayer si también dimitirá en la cámara ovetense: "Ahora estamos hablando de la FADE", contestó.

Personas afines al dirigente dimisionario criticaron que él y su familia han sido sometidos a "una auténtica cacería" en estos meses. Una querella de la Fiscalía y la consiguiente investigación judicial han implicado a García Vigón y a dos de sus hijos en tres supuestos delitos contra la hacienda pública, debido a irregularidades en los pagos del IVA de Enastur que sumaron una deuda tributaria de 570.000 euros. La pasada semana, Vigón reafirmó que se iría si resultaba procesado. Ayer anunció su renuncia sin esperar a conocer si finalmente la Fiscalía formulará escrito de acusación para el procesamiento.