"La gente que pueda se va a marchar de Asturias", advirtió Manuela Fernández Junquera, catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Oviedo, en referencia a las desigualdades entre comunidades autónomas en el impuesto de sucesiones y donaciones y la fuerte presión fiscal que hay en Asturias. Fernández Junquera realizó esa afirmación durante un coloquio sobre estado autonómico e igualdad fiscal organizado por la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia en el que también intervino Carlos Monasterio Escudero, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo, y que llenó el salón de actos del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

Manuel Fernández Junquera señaló que "para ejercer la autonomía, las comunidades necesitan autonomía financiera" y que entre los impuestos cedidos por el Estado están los de sucesión y donación, sobre los que las comunidades tienen capacidad legislativa y normativa. De ahí las diferencias entre regiones, porque cada una puede reducir la base imponible, modificar los coeficientes multiplicadores, establecer bonificaciones en la cuota... "y en este sentido el Principado ha sido cicatero, muy escaso", señaló Fernández Junquera.

La catedrática destacó que Asturias "sólo" ha sido "generosa" con los menores de 21 años que no tienen patrimonio, que no pagan nada, y en las herencias de menos de 150.000 euros. Sin embargo, en ese último caso destacó que "la bonificación produce un error de salto, de forma que si la base imponible es de 151.000 euros se paga todo, más de 18.000 euros".

Frente al modelo "cicatero" de Asturias, Fernández Junquera destacó el de Madrid, con bonificaciones del 99% cuando los que heredan son los hijos. "Se puede decir que Madrid es una comunidad muy rica... pero Extremadura también ha aprobado unas reducciones similares, o Cantabria que la tenemos muy cerca. Otras, como Galicia, son muchos más generosas que Asturias en la reducción por vivienda habitual. Así, por ejemplo, en Asturias, con una base liquidable de 1.600.000 euros, un hijo que heredara pagaría 497.920 euros mientras que en Galicia lo que abonaría serían 198.500 euros", destacó la catedrática. "En Asturias están llamando a la gente a irse. Y la gente que pueda, que es la que tiene dinero, se va a marchar", advirtió Fernández Junquera, que destacó que las diferencias fiscales entre comunidades autónomas "son constitucionales, el Tribunal Constitucional ha dejado claro que la igualdad no es uniformidad".

Por su parte, Carlos Monasterio profundizó en los motivos por los cuales "Asturias se ha quedado en la cola" y señaló que el origen de las desigualdades está en la formación del estado de la autonomías, "un federalismo asimétrico". "La guerra fiscal que iniciaron las comunidades forales, País Vasco y Navarra, se ha extendido a todas las comunidades", señaló el catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo. "La cesión del impuesto de sucesiones fue una decisión poco meditada del estado autonómico, esa palanca debería estar en manos de la Hacienda central", añadió Monasterio.

El catedrático apuntó que el impuesto de sucesiones y donaciones "ocupa un lugar marginal en el conjunto de los tributos, si hacemos una lista de pagos vitalicios veremos que no es de los principales conceptos tributarios, pero es muy visible y por ello se ha producido una carrera entre comunidades autónomas en el que la igualdad y el esfuerzo de redistribución de la riqueza sale perjudicado". Para Monasterio, en estos momentos el impuesto de sucesiones sirve "a las comunidades autónomas para hacer demagogia impositiva".

El catedrático de Hacienda Pública puso en cuestión la necesidad del impuesto si no contribuye a redistribuir la riqueza. La opinión también la compartió Manuela Fernández Junquera. "Tengo mis dudas sobre el sentido de este impuesto en la actualidad para redistribuir las rentas, pero el problema es cómo se financia la comunidad autónoma", apuntó la catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Oviedo.

El debate se trasladó de la mesa al público, y decenas de personas tomaron la palabra, sobre todo para criticar las desigualdades entre autonomías en política fiscal y la fuerte presión que sufren los asturianos. Entre el público incluso se propuso la creación de una plataforma para exigir que los herederos de Asturias soporten una presión fiscal menor y se criticó con vehemencia al estado de las autonomías. "La Constitución proclama la igualdad", señaló más de uno de los acalorados intervinientes. "La Constitución proclama el principio de igualdad, pero igualdad ante las leyes, y hay diferencias entre comunidades autónomas porque, precisamente, son autónomas", señaló Ramón Punset, catedrático de Derecho Constitucional, que ejerció como moderador desde su cargo de vicepresidente de Real Academia Asturiana de Jurisprudencia. "Estamos siempre muy preocupados por las reglas en España, pero con las mismas reglas, en el fútbol unos equipos juegan mejor que otros", señaló Carlos Montasterio para intentar encauzar la riada de críticas al modelo autonómico que se escucharon en la sala.