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Los concesionarios denuncian la escalada de la venta ilegal de coches en plena calle

El sector asturiano pide medidas a los concejos contra "profesionales" que se hacen pasar por particulares para ofertar vehículos usados

Los concesionarios denuncian la escalada de la venta ilegal de coches en plena calle

La venta ilegal de coches en plena calle ha aumentado con fuerza estos años de crisis y está causando abolladuras a la actividad de muchos concesionarios asturianos. La patronal regional del sector, ASPA, ha denunciado ya el asunto ante la mayoría de los ayuntamientos de la comunidad y sin ningún éxito, según sus dirigentes. La comercialización de vehículos en la vía pública no es ilícita, pero sí lo es la práctica de quienes se dedican a esta actividad sorteando a Hacienda y haciéndose pasar por particulares. El sector denuncia la existencia de "profesionales" que, sin ofrecer ninguna garantía a los clientes, hacen de la compra y reventa de coches una fuente estable de ingresos.

Los empresarios del sector estiman que esta venta irregular representa el 25% de las transacciones de coches de segunda mano que se hacen en la región. Las pérdidas para el sector llegan a los 300 millones en el conjunto del Estado, según los cálculos que acaba de divulgar la patronal nacional de talleres y concesionarios Ganvam.

Rogelio Cuesta, presidente de ASPA, asegura que la gran mayoría de las denuncias que están tramitando en los consistorios se está quedando en nada. "Sólo el de Llanera está tomando medidas, limitando el estacionamiento de los vehículos en venta", asegura. Y agrega que en ciudades como Gijón ha llegado a haber grandes parkings públicos repletos de coches de segunda mano dispuestos a comercializarse. Ocurrió lo mismo en el barrio ovetense de La Corredoria hace unos años, según denunciaron los vecinos. Uno de los problemas es que no está claro quién tiene la competencia para sancionar estas prácticas. En principio, las reclamaciones se están realizando ante los ayuntamientos.

El incremento de esta práctica de economía sumergida está provocando un fuerte daño a los concesionarios de la región. Especialmente a los que se dedican a la venta de turismos de segunda mano, un negocio que va al alza. Sólo durante el año pasado se vendieron en Asturias 36.658 coches usados, un 5,7% más que un año antes. Aunque Cuesta apunta que el mayor perjuicio se hace a los consumidores: "Generalmente adquieren un vehículo que no tiene ningún tipo de garantía ni ha pasado las inspecciones de mantenimiento".

A juicio de ASPA, podría ser bastante fácil meter mano a este emergente mercado irregular. "Hay una ley que prohíbe que un vehículo esté aparcado en la calle sin seguro, algo que en estos casos ocurre con bastante frecuencia", señaló Cuesta. Y apostilló: "Lo mismo que las autoridades tienen métodos para controlar a los talleres también podrían tenerlos para vigilar más este asunto".

En otros consistorios españoles, como Madrid o Barcelona, ya se están poniendo en marcha algunas medidas. Las iniciativas aplicadas en estos municipios están obligando a los particulares que quieran vender un vehículo a inscribirse en un registro previamente y se pone un límite al número de operaciones que se pueden llevar a cabo a lo largo de un año. Ganvam trató de que estas normas fueran incluidas en el proyecto del reglamento general de circulación, aunque no fue posible, ya que el Gobierno alegó que esos puntos no encajan con la orientación de la norma. El presidente de la asociación, Juan Antonio Sánchez Torres, destacó que esa actividad representa una competencia desleal para los vendedores y resaltó el efecto negativo sobre la seguridad vial.

Las ventas de turismos nuevos continúan creciendo con fuerza en la región gracias a los planes de ayuda aprobados por el Gobierno, los llamados planes PIVE. El pasado mayo se matricularon en el Principado 1.287 vehículos, un 17% más que en el mismo mes de 2014, según datos de los concesionarios.

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