La OCDE, la organización que agrupa a las economías avanzadas, revisó ayer al alza sus previsiones de crecimiento económico para España, con una predicción de avance del 2,9% este año y del 2,8% el próximo, lo que atribuye a los efectos de las decisiones del Banco Central Europeo (las condiciones monetarias y de tipos de interés muy favorables y la depreciación del euro), así como al petróleo barato y a una demanda más fuerte de los socios comerciales europeos.

La previsión de la OCDE para este año es la misma que avanzó el Gobierno español en abril. Para el año que viene el club de los países ricos espera una décima menos de crecimiento en España del que pronostica el ejecutivo nacional.

En su último informe, en noviembre, la OCDE había predicho un crecimiento español del 1,7% en 2015 y del 1,9% en 2016.

Pese a esta apreciable mejora de predicción (que, de cumplirse, situaría a España en cabeza del crecimiento en la zona euro) y a que la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, expresó su "sorpresa" por el efecto de las reformas y de las mejores condiciones monetarias y del coste energético en la economía española, la organización pidió más esfuerzos al país. Mann destacó que España tiene que hacer más reformas, "en particular en el mercado de productos" para que haya más competencia, y señaló que las que se han hecho hasta ahora están demostrando sus beneficios, igual que la política monetaria europea.

La organización vaticina que esta paulatina mejora de la economía española permitirá reducir la tasa de paro hasta el 22,3% este año y al 20,3% el próximo. España culminó el pasado trimestre con una tasa de desempleo del 23,78%, la segunda mayor de Europa y de la OCDE tras Grecia.

El nuevo pronóstico de la OCDE sobre el paro español es mejor que el anunciado en noviembre (23,1% y 21,9% para 2015 y 2016, respectivamente) aunque sigue siendo más pesimista, pese a esta mejora, que la del ejecutivo de Rajoy, que espera que el desempleo caiga al 22,1% y el 19,8% en 2015 y 2016.

La OCDE también revisó al alza las expectativas para la zona euro (el 1,4% en 2015 y el 2,1% en 2016, frente a su previsión de noviembre: 1,1% para este año y 1,7% para el próximo), pero corrigió a la baja las de Estados Unidos y de varias de las principales economías emergentes y avisó de que en términos globales la evolución es "insatisfactoria".

En su informe semestral de perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) auguró que la economía mundial se ralentizará, con una progresión limitada al 3,1% en 2015 tras el 3,3 % de 2014, y una recuperación más clara en 2016 (3,8 %).

El retroceso del PIB de EE UU en el primer trimestre ha llevado a la OCDE a disminuir el crecimiento previsto este año al 2% (en lugar del 3,1% estimado en noviembre) y al 2,8% el próximo (frente al 3%). Japón experimentará un alza de su actividad limitado al 0,7 % este ejercicio (se había anticipado al 0,8% en noviembre) y al 1,4% el año que viene (frente al 1 %).

En el conjunto de la OCDE, se estima que el PIB sufrirá en 2015 un ascenso del 1,9% (4 décimas menos de lo presentado hace seis meses) y del 2,5% en 2016 (una décima menos). También redujo las cifras de progresión en algunas de las economías emergentes como China, con el 6,8% este año (4 décimas menos) y el 6,7% el próximo (2 décimas menos).

Sobre el parón del ritmo de reformas en España coincidiendo con un año electoral, Mann sostuvo que "es razonable darse tiempo para ajustar las reformas" a la vista de su efecto y "no es sorprendente" que eso se haga "en un ciclo electoral". En cualquier caso, añadió que "el proceso de reformas está en marcha".

A su juicio, el caso español ilustra cómo la acción de la zona euro como conjunto tiene consecuencias más favorables que si cada país fuera por separado.

Mann dijo que la política del BCE de compra masiva de títulos de deuda pública "está siendo enormemente efectiva", sobre todo en depreciar el euro, pero que "lo podría ser más", aseguró, si se hicieran algunas cosas como la "racionalización" de los "créditos malos" en los balances.