El corazón de la industria asturiana, Arcelor-Mittal, vuelve a latir con fuerza. Las plantas de la multinacional siderúrgica en la región batieron durante el segundo trimestre del año su récord de ventas y dos de sus instalaciones, la acería LD-III de Avilés y el tren de alambrón de Gijón, también superaron su marca de producción ante el aumento de demanda de acero para sectores como el del automóvil. Las previsiones que maneja la multinacional son muy halagüeñas para los próximos meses. La cartera de pedidos está repleta. Entre abril y junio de este año las plantas asturianas (junto a la de Etxebarri y la de Lesaka) despacharon a sus clientes casi 1,2 millones de toneladas de productos siderúrgicos. Nunca antes se había alcanzado tal cantidad.

Este repunte de la actividad está teniendo un reflejo directo sobre los resultados. En el primer semestre del año el ebitda (los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) del denominado clúster (el conjunto de empresas en el que están incluidas las plantas asturianas, la navarra y la vasca) alcanzó los 107,5 millones de euros. Se trata de una cantidad superior a la que se había registrado durante todo el año pasado, cuando el resultado bruto de explotación sumó 105 millones en doce meses. La cifra de beneficios registrada en estos primeros seis meses del año contrasta con la marcha general del grupo siderúrgico que, golpeado con fuerza por las exportaciones de acero barato chino que inundan los mercados internacionales, triplicó sus pérdidas a nivel mundial. Europa, y dentro de ella Asturias, se está convirtiendo en el reducto donde la compañía está logrando unos buenos resultados.

Los salarios

Con las cifras sobre la mesa, la dirección del gigante siderúrgico comunicó a los sindicatos que los trabajadores de las plantas de Avilés y Gijón recuperarán una parte del salario que previamente se les había quitado. Desde el primer trimestre de 2013 la multinacional ha vinculado una parte de la nómina de sus empleados (el 8,5%) a la marcha del grupo y a que los trabajadores cumplan con una serie de parámetros (tasa de absentismo, productividad, índice de accidentes y atención al cliente). La plantilla sólo falla en que las faltas al trabajo continúan siendo elevadas. Y eso, pese a que la multinacional contrató hace unos meses a una empresa para llevar un control más estrecho del tema. "Sin mucho éxito", sostienen los sindicatos.

Los trabajadores recuperaran una media de 574 euros, de los 600 que la compañía les había descontado en el segundo trimestre. El dinero les será reintegrado en una única paga en las próximas semanas. Echando cuentas, desde que la siderúrgica comenzó a meter tijera a los salarios de sus empleados, en el primer trimestre de 2013, los sindicatos calculan que a cada empleado se le ha descontado una media de 6.000 euros de la nómina, de los que han recuperado 1.800 euros.

"Los resultados son buenos, están por encima de los de 2014", valoró el portavoz de CC OO, José Manuel Castro. Tal es así, que el tren de alambrón, impulsado por el buen comportamiento de las fábricas de coches españolas (sus productos, básicamente cables y tornillos están dirigidos principalmente a este mercado) y la acería de Avilés están batiendo récords de producción. Precisamente, éstas son dos de las instalaciones incluidas dentro del ambicioso plan de mejoras que la siderúrgica está poniendo en marcha en la región. En las reformas, que supondrán de momento un desembolso de más de 100 millones de euros, está programada la ampliación de la acería avilesina. Se instalará una nueva máquina de colada que permitirá producir más y abrirse a nuevos mercados. En concreto, facilitará la fabricación de planchones de acero con un grosor extra destinados, principalmente, a parques eólicos marinos y otras instalaciones energéticas "off shore".

En el caso del tren de alambrón, el plan de inversiones de Arcelor-Mittal en Asturias también incluye medidas de "optimización de suministros energéticos". En concreto se instalará un sistema para aprovechar los gases residuales de los altos hornos de Gijón para el calentamiento de los hornos del tren de alambrón. La inversión es de unos 4 millones de euros y permitirá reducir el gasto en gas licuado y con ello el coste de producción.

Las materias primas

Fuentes de la compañía aseguraron que los buenos resultados obtenidos en las plantas asturianas han sido posibles también gracias a la bajada del precio de las materias primas y al beneficioso cambio del euro con el dólar, que está propiciando la mejoría de las exportaciones. El portavoz de UGT, Sergio Díaz, apuntó que "las plantas ya tienen mejores costes de producción". Mientras que el de USO, Pedro Cancio, destacó que "la previsión es que pueda ampliarse la plantilla del tren de alambrón para atender la alta demanda". Las ratios de Asturias se sitúan a la cabeza de las factorías de la empresa en Europa, superando a la de Foss (Francia), su más directa competidora.