China devaluó ayer casi un 2% el yuan con respecto al dólar, en la mayor revisión a la baja del valor de su moneda en dos décadas, y reformó el sistema cambiario, para estimular su economía tras la caída del comercio exterior.

El Banco Popular de China (BPC) anunció una renovación en el mecanismo de fijación del tipo de cambio del yuan para tratar de acercarlo a su valor real del mercado, que tuvo como efecto inmediato una caída de la divisa china en comparación con el dólar. La devaluación del yuan hace más baratos los productos chinos, lo que se espera que permita una recuperación de las ventas al exterior que suavizaría los efectos de la ralentización por la que atraviesa la economía china, que en el primer semestre creció un 7% y va camino de registrar su expansión más débil en 25 años.

La Comisión Europea calificó de "paso positivo" la decisión, aunque puede ser un problema, por ejemplo, para su acero.