La ruta comercial entre Asturias e Italia está más transitada que nunca. El país transalpino se ha convertido en el principal cliente exterior de las compañías asturianas y ha impulsado las exportaciones regionales con una fuerza inusitada. Sólo durante los primeros seis meses del año, las empresas de la región hicieron negocio en Italia por valor de 202,4 millones de euros, lo que supone un incremento del 23,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Estas cifras son consecuencia directa de la demanda que llega desde la pujante industria del automóvil italiano, que ha pisado el acelerador en la compra de acero asturiano.
El Gobierno de Italia decidió cerrar, por sus emisiones contaminantes sobre la población, la planta siderúrgica de Tarento, un gigantesco complejo industrial al sur del país con cinco hornos altos. La clausura ha provocado que muchas industrias del país hayan tenido que ir a buscar nuevos abastecedores fuera de sus fronteras. Algunos de ellos los han encontrado en Asturias. Las plantas asturianas de Arcelor-Mittal, por ejemplo, mandan constantemente hacía aquel país productos planos como bobina galvanizada para la industria del automóvil.
Los sindicatos con representación en la multinacional aseguran que el cierre de Tarento ha provocado que muchos pedidos que antes se realizaban en la planta italiana ahora se desvíen a Asturias. De hecho, tan bien le van las cosas a la multinacional en Asturias que durante este primer semestre del año sus plantas han batido récord de ventas.
Pero el sector siderúrgico no es el único que está aprovechando el tirón italiano. Según las cifras que maneja la Sociedad de Promoción Exterior del Principado, Asturex, el cinc es ya el segundo producto que más se vende por tierras transalpinas, seguido del papel reciclado, de la leche, de productos lácteos y huevos. También añaden fuentes de este organismo que tienen una importante relevancia las ventas de productos como pasarelas de embarque (que fabrica Thyssenkrupp), mantequilla, piezas para la industria automovilística o preparaciones para alimentos infantiles.
Italia siempre había aparecido en un lugar destacado entre los principales clientes de las empresas asturianas, aunque pocas veces ocupaba el primer puesto, que solía pertenecer a Francia o a Alemania. Dependía de la época. En los primeros seis meses del año las exportaciones asturianas crecieron con fuerza en la Unión Europea (un 19%) y a América (34,8%) gracias al tirón de las ventas en Estados Unidos. Pero flojearon en Asia (descendieron un 18,5%) sobre todo por el bajón de pedidos desde China. Al final las exportaciones asturianas crecieron un 12,8% hasta junio.
