El asturiano Guillermo Menéndez Escandón, máximo ejecutivo del grupo Vetusta, afirma que lleva padeciendo "casi diez años de calvario" a causa de una decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ahora es investigada dentro de la "operación Parqué", centrada en un presunta trama de corrupción en el seno de supervisor de los mercados. "Arruinaron mi vida", asegura Menéndez Escandón.

Todo empezó en 2006, cuando la CNMV propició el cierre de Vetusta Wealth Managers, la floreciente gestora de fondos de inversión fundada por el ejecutivo asturiano. El organismo supervisor le abrió un expediente de retirada de licencia para operar en los mercados que meses después fue archivada sin sanción, cuando Vetusta ya se había convertido en cenizas por la pérdida de reputación ante sus socios y clientes, había liquidado sus fondos y había despedido a sus 50 trabajadores. Por eso, Menéndez Escandón agradece ahora los "ímprobos esfuerzos" de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) de la Policía y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que investigan su caso dentro de la bautizada como "operación Parqué", que persigue una presunta trama de corrupción en el seno de la CNMV implicada en la concesión y retirada de licencias para beneficiar a terceros.

La CNMV ha admitido que la UDEF tiene puesta en marcha una investigación "en una fase muy preliminar" vinculada "a dos denuncias referidas a sendos expedientes de la CNMV iniciados en los años 2005 y 2011". El primero de ellos sería el correspondiente a Vetusta.

Jorge Menéndez Escandón, hijo de Manuel Menéndez Cabeza, que fue presidente de Alianza Popular (AP) en Asturias, destacó ayer que el grupo Vetusta logró estar presente en tres países europeos y tuvo como socios estratégicos al grupo bancario Santander-Banesto y a dos de los bancos de inversión más recocidos de Wall Street: Leg Mason y Piper Jaffray. "Por tanto estuvo sujeto a los más estrictos controles de auditoría", señaló Menéndez, que añadió que la gestora de fondos Vetusta "fue obligada a cerrar sus puertas sin tener jamás una reclamación de algún tipo y cumpliendo no sólo con el regulador español, sino con las exigencias de los reguladores norteamericano, inglés e irlandés".

El ejecutivo asturiano denunció ayer "la indefensión que en España tienen las personas que como yo no hemos formado nunca parte de los grupos de influencia y sólo nos hemos dedicado a trabajar y a contribuir a generar empleo en la medida de nuestras posibilidades". Menéndez señaló que no puede dar detalles de la "operación Parqué" por "respeto a las actuaciones de la UDEF y la Fiscalía" y agradeció "las muestras de cariño y apoyo recibidas de exempleados, exclientes y amigos durante casi 10 años de calvario ante los hechos acontecidos que han arruinado mi vida".