La bolsa española registró ayer la mayor caída desde la implantación del "corralito" griego. Bajó un 2,98%, y entró en pérdidas anuales por la debilidad de las economías de China y de Estados Unidos. Uno de los factores que más influyó en el descenso del parqué español fue el fuerte bajón que sufrió la actividad manufacturera en el país asiático que descendió hasta sus niveles más bajos desde 2009.

El principal indicador de la bolsa española, el Ibex 35 bajó a los 10.271 puntos. Y en el acumulado anual entró en números rojos, con unas pérdidas del 0,08%. No fue la única que descendió. Zurich cayó un 3,36%, París se dejó un 3,19%, Francfort, un 2,95%, mientras que Milán y Londres retrocedieron un 2,83%.

Detrás de estos descensos está que el sector manufacturero chino experimentó en agosto un significativo empeoramiento. Suma ya seis meses bajo mínimos. "La caída del índice indica que la economía aún está en proceso de tocar fondo", destacó He Fan, economista jefe de Caixin Insight Group, una de las entidades responsables de la encuesta. No obstante, a pesar del deterioro observado, el experto considera que "la probabilidad de un riesgo sistémico continúa bajo control" y la estructura de la economía "sigue mejorando". En este sentido, el economista de Caixin recomienda al Gobierno chino afinar sus políticas fiscales y monetarias para garantizar la estabilidad macroeconómica. El Banco Popular de China ha llevado a cabo ya tres devaluaciones del yuan para tratar de reanimar su actividad.