La competencia en el sector bancario se encona y Liberbank, el menor de los bancos españoles supervisados por el Banco Central Europeo (BCE) y octavo cotizado del país, lanzó ayer un órdago comercial para capturar cuota de mercado: la entidad abonará 200 euros a cada usuario del banco que presente a otro cliente y otros 200 euros al nuevo depositante que asuma un compromiso de permanencia.

En el sector, que se desenvuelve en unas condiciones muy exigentes de gestión por los bajísimos tipos de interés y el intenso estrechamiento de los márgenes de intermediación, la guerra se está planteando en el crédito, también en el pasivo (como ya hizo el Santander con su cuenta "1, 2, 3") y en el cobro de nuevas comisiones o no en los cajeros.

La nueva ofensiva comercial, en este caso de Liberbank (cuyo mayor accionista es la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias), se dirige a los clientes que tengan una antigüedad mínima de seis meses de relación con la entidad. Para los nuevos clientes el incentivo de 200 euros está condicionado a cuatro opciones: la domiciliación de la nómina y un compromiso de permanencia de 24 meses, o contratar un préstamo personal de al menos 10.000 euros por un periodo mínimo de 24 meses, o solicitar un préstamo hipotecario de al menos 70.000 euros o que traspase y mantenga al menos 30.000 euros en planes de pensiones o fondos de inversión con un compromiso de permanencia de 24 meses.

La banca española ya había recurrido otras veces a este tipo de incentivos aunque con obsequios más que con dinero. El regalo de dinero es más habitual en el traspaso de fondos de pensiones y de inversión de una entidad a otra.