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Los asturianos sacan casi 2.000 millones de los depósitos a plazo por su baja rentabilidad

El ahorro se orientó en el último año hacia los fondos de inversión, ahora dañados por la volatilidad de la Bolsa

Los asturianos sacan casi 2.000 millones de los depósitos a plazo por su baja rentabilidad

Los hogares y las empresas asturianas tenían en junio 11.198 millones de euros en depósitos bancarios a plazo. Es la cantidad más baja en ocho años y supone que desde mediados de 2014 el dinero colocado en esos productos financieros, los más populares y los preferidos por los ahorradores conservadores, ha bajado en 1.943 millones. Se trata de un retroceso sin precedentes cercanos y que se explica por la escasa rentabilidad de los conocidos como plazos fijos, que está desplazando el ahorro hacia alternativas como los fondos de inversión y de pensiones.

La última información disponible del Banco de España muestra que la cuantía de los depósitos a plazo del sector privado asturiano ha descendido casi el 14% de un año para otro. En ese mismo período, el interés medio nominal que pagan las entidades financieras por las nuevas operaciones se ha desplomado el 54%: en julio de 2014 era del 0,92% y en 2015 se ha situado en el 0,42%. Continuó de ese modo la tendencia a jibarizar los rendimientos de los depósitos a plazo, iniciada en 2013 por las instrucciones del Banco de España y también por la política de tipos de interés extraordinariamente bajos del Banco Central Europeo (BCE).

En 2013, y para evitar que la banca se enzarzara en una "guerra del pasivo" que agravara las dificultades del sector financiero, el organismo regulador "recomendó" a los bancos rebajar los intereses que ofrecían a los clientes por los nuevos depósitos. En aquel momento, las entidades más necesitadas de liquidez ofrecían rendimientos que en algunos casos llegaban al 4% en las imposiciones a un año. La instrucción se cumplió a rajatabla y las rebajas de tipos de interés del BCE hicieron el resto. Ahora, lo común es que un depósito a un año no pase del 0,38%. Pero esa es la rentabilidad nominal. Si se considera el efecto de la inflación, las diferencias son menores: el depósito al 4% de 2012 tuvo un rendimiento real del 1,6% (la inflación media fue del 2,4%) y uno actual al 0,38% renta de manera efectiva el 0,68% (la inflación media hasta agosto fue del -0,3%).

Los depósitos han perdido atractivo y otro tanto ha ocurrido con los títulos de deuda pública (letras del Tesoro, por ejemplo), también frecuentados por los ahorradores menos proclives al riesgo. Tal situación, junto al despliegue comercial de las instituciones de inversión colectiva, favorecido por el repunte de la Bolsa en 2013 y 2014, ha dirigido al menos parte del ahorro que antes estaba en depósitos y en renta fija hacia los fondos de inversión. En Asturias, el patrimonio de esos fondos, 4.045 millones en 2014, creció en 1.146 millones en ese año. El de los fondos de pensiones pasó de 1.079 a 1.463 millones, en el contexto además de la incertidumbre sobre la cuantía futura de las pensiones públicas.

Pero la apuesta por los fondos de inversión también se ha moderado durante los últimos meses, según los datos nacionales que maneja la patronal Inverco. La volatilidad de la Bolsa, primero por las dificultades en Grecia y ahora por las alarmas sobre China y las economías emergentes, ha cercenado la rentabilidad, que este año está en una media del 0,74%, cuando en 2014 fue del 3,7%.

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