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El pertinaz ingeniero metalúrgico

José Manuel Arias, el director general de Arcelor-Mittal en España, ha sido clave para que la multinacional apueste por el futuro de sus instalaciones en Asturias

El pertinaz ingeniero metalúrgico

José Manuel Arias es un tipo pertinaz y, a la vez, enormemente discreto. Y es que este ingeniero de minas que trabaja desde hace más de un cuarto de siglo para Arcelor-Mittal considera una virtud intachable poder desarrollar sus responsabilidades con discreción y sus empeños personales con pertinacia. De hecho, lleva toda la vida escapando de los encuentros públicos y de los focos de la prensa. Lo suyo, de siempre, ha sido la siderurgia. "Conoce de sobra este negocio", comentan sus más allegados.

Por la pertinacia de este gijonés de 57 años el frío árbol de la multinacional del acero ha empezado a dar frutos excelentes: las mayores inversiones de la gran compañía de Lakhsmi Mittal en Europa. "Arias ha sido el hacedor de esas inversiones", reconocen en medios empresariales. El miércoles pasado el director general del "clúster" de Arcelor en España -junto a los ejecutivos Gonzalo Urquijo y Jesús Izcue- explicó al presidente del Principado, Javier Fernández, el último episodio de futuro de la multinacional en Asturias: más de 100 millones para las nuevas baterías de coque de Gijón a sumar a los 150 de las acería LD-A y del tren de carril."Estamos convencidos de que habrá más", aseguran en medios sindicales.

Arias es uno de los hombres más importantes de la compañía en el continente. Actualmente coordina la producción de Asturias, Vizcaya y Navarra. A partir del próximo 1 de enero también gobernará los designios de la planta de Sagunto. Todas juntas forman un "clúster" (conjunto de empresas) que hasta hace nada competían entre sí. "Ahora ya no, ahora nos complementamos", explicaron desde uno de los comités de empresa asturianos. "Es un cambio en el modo de entender el negocio", añaden. Arias está en lo más alto de esta pirámide comercial. Explican que esta posición se la ha ido ganando con empeño. Dicen que Arias es "un industrial de la cabeza a los pies", una característica que se opone a la que abunda actualmente en los despachos de la compañía. "Sólo hay financieros: los que saben de números. Pero para hacer acero hay que conocer todo el proceso".

Entró a trabajar en la compañía antes de la reconversión. Fue ingeniero "de a pie". Anduvo por las acerías viejas hasta aterrizar en la LD-III y allí fue jefe de producción y de taller. Luego ascendió a la dirección de Recursos Humanos y, más adelante, a la dirección de Asturias. La relevancia de Arias fue tan señalada que Mittal pensó en él cuando decidió reordenar su negocio en España. Así, paso a paso, Arias ha ido interviniendo en el proyecto de inversiones que finalmente se ha anunciado este año.

Los que más conocen el proceso siderúrgico consideran que la apuesta de Arias por Asturias la ha sabido transmitir a los directivos más altos de la compañía con maestría. "Para que llegue dinero a las plantas de Avilés y de Gijón ha sido imprescindible pasar miles de filtros y, después, muchos más filtros". El empeño en hacer de Asturias el corazón del acero del continente parece que es una realidad (en 2011 hubo un proyecto que decayó en 2012). Las plantas del Principado compiten con las de Gante (Bélgica). La primera división del acero se dirime en las dos regiones y ahora Asturias juega con cierta ventaja. Todo esto lo explicó el miércoles a los representantes sindicales de UGT, CC OO y USO en una reunión que se desarrolló en las oficinas centrales. Fueron diez minutos nada más. Nada de fuegos de artificios. Ahora toca que estas ventajas repercutan en una plantilla que se apretó el cinturón cuando fue más necesario. Será el nuevo convenio.

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