El grupo industrial asturiano Fahime, asentado en el polígono de Logrezana, en Carreño, y dedicado a la fabricación de bienes de equipo para grandes ingenierías, está negociando con los sindicatos un expediente para extinguir el contrato de sus más de 90 empleados, lo que conllevaría el cierre de todas las sociedades de este conglomerado: Mecafran, Caldefran, Serton Servicios e Industrial Marande.

Según la versión de los sindicatos, la compañía ha transmitido que su cartera de pedidos está completamente vacía, que no tiene actividad y que las deudas comienzan a amontonarse. Sin embargo, la plantilla quiere frenar el cierre de los talleres, ya que aseguran que con una mejor gestión podrían ser viables. Las centrales mantienen vivas negociaciones para intentar convencer a la dirección de que el grupo aún tiene futuro.

El periodo de consultas para discutir el ERE presentado por Fahime concluirá el día 5 de noviembre. Los sindicatos con representación en el comité de empresa (UGT, CC OO y CSI) coincidieron ayer en señalar que su intención es parar el cierre, al que se oponen de forma frontal.

Mientras tanto, la factoría lleva meses con la actividad por los suelos. "Ahora mismo no tenemos nada que hacer, lo han ido dejando morir", aseguró ayer uno de los empleados de la compañía. Desde hace unos meses, el grupo tiene también en marcha una regulación de empleo temporal que afecta a una treintena de empleados y que finalizará su vigencia el 31 de diciembre, según apuntaron desde CSI.

Hasta el momento, las negociaciones con la compañía están siendo infructuosas, según destacaron fuentes sindicales. El grupo, destacan, se niega a plantear otro escenario que no sea el cierre. La próxima reunión para intentar acercar posturas tendrá lugar el próximo lunes, día 26. La mayoría de la producción de Fahime se dirigía a los mercados internacionales, aunque durante los últimos años su negocio había sufrido un importante bajón.