El Gobierno gallego de Alberto Núñez Feijóo (PP) rebajará el impuesto de sucesiones a partir de 2016 dejando exentos de tributar los primeros 400.000 euros de la base imponible, lo que de hecho supone eximir del gravamen al 99% de los ascendientes, descendientes y cónyuges que heredan, según los cálculos de la Xunta. Esa decisión amplía las diferencias fiscales con Asturias, una de las tres regiones donde es mayor la presión fiscal sobre los herederos que reciben legados superiores a 150.000 euros. La vecina Cantabria ya tiene una bonificación del 99% del impuesto para la gran mayoría de los contribuyentes.

El ejecutivo de Galicia encara 2016, año de elecciones autonómicas en esa región, con unos presupuestos que incluyen rebajas tributarias en el IRPF (una nueva tarifa con un ahorro medio de 50 euros por contribuyente), en el gravamen de transmisiones patrimoniales (quedan exentas las compraventas de fincas rústicas y ampliaciones de explotaciones agrarias) y en el impuesto de sucesiones. En este último caso, Galicia modifica las condiciones del tributo para ampliar el número de herederos exentos. En la actualidad, la Xunta aplica una bonificación que libera de pagar a los cónyuges, hijos o padres cuando la base imponible que corresponde al heredero es inferior o igual a 125.000 euros. Asturias tiene una bonificación de la misma naturaleza y que llega a los 150.000 euros, aunque condicionada a que el patrimonio preexistente del heredero no supere cierto límite. Para las bases que exceden los 150.000 euros, la presión fiscal es más alta en Asturias que en Galicia, donde se aplica una tarifa con un tipo marginal del 18%. En el Principado, el tipo para el tramo más alto de la base imponible (a partir de 800.000 euros) es del 36,5%. Un ejemplo de las diferencias: un hijo que hereda por valor de 800.000 euros tributa 162.619 en Asturias y 55.180 en Galicia.

Ahora la Xunta revisa su régimen de bonificación y lo cambia por una reducción de 400.000 euros en la base imponible. Esto es, los cónyuges, hijos, nietos o padres que hereden no tributarán por los primeros 400.000 euros que hereden. Supone por tanto eximir de tributar a un mayor número de personas (el 99% de los herederos, según la Xunta) y reducir la factura del resto. Esa fórmula evita el problema de falta de equidad que genera el sistema asturiano: quien hereda 150.000 euros no paga, pero si la base imponible es de 150.001 tributa desde el primer euro. El Gobierno asturiano se ha comprometido a corregir ese "error de salto" en el proyecto presupuestario para 2016.

El PP de Asturias demandó ayer un giro en la política fiscal del Gobierno asturiano "para frenar la deslocalización empresarial". La diputada Emma Ramos atribuyó a la presión del impuesto de sucesiones que hayan aumentado las sociedades mercantiles asturianas que trasladan su domicilio a Madrid. "Estamos perdiendo recursos por no bajar impuestos, porque la deslocalización repercute en la actividad económica y en el empleo", denunció Ramos, y remarcó que Andalucía, gobernada por la socialista Susana Díaz, se está planteando una rebaja en sucesiones.