Arcelor-Mittal urge a la Unión Europea a que adopte de forma inmediata medidas para poner freno a las crecientes importaciones de acero barato chino, que están poniendo contra las cuerdas a la industria del acero europeo, incluidas las plantas asturianas de la multinacional. Robrecht Himpe, vicepresidente de la compañía y líder de la patronal del sector en el Viejo Continente (Eurofer), pidió a Bruselas que active ya los cortafuegos contra la inundación que viene desde Asia, y así eludir los casos que se están dando en Reino Unido, con miles de despedidos ya en empresas siderúrgicas y algún cierre y, consecuentemente, evitar el hundimiento de una próspera industria.

"Europa debería de actuar ahora si quiere seguir teniendo una industria del acero de la que estar orgullosos", aseguró en una carta al prestigioso diario inglés "Financial Times" que firma como vicepresidente de Arcelor y presidente de Eurofer. A su entender, desde el Gobierno del Viejo Continente pueden adoptarse a corto plazo varias medidas. Por un lado, frenar la declaración de China como economía de mercado. La Comisión Europea debería tomar una decisión sobre este asunto a lo largo del próximo año. "De aprobarse, sería casi imposible tomar medidas de defensa comercial para evitar que vendan sus productos por debajo del coste", asegura.

Impuesto ambiental

La otra contingencia a adoptar para limitar los impactos chinos que propone Himpe es la de suavizar los impuestos medioambientales que la Unión Europea plantea adoptar para luchar contra el cambio climático. "Una tasa a los productos de acero europeo pero no a las industrias extranjeras nos haría perder aún más competitividad en un ambiente ya de presión", destacó.

Hasta ahora, reconoce Himpe, la industria acerera europea está resistiendo bien a los envites que llegan desde China, salvo en Reino Unido. Por tierras inglesas, la compañía Redcar anunció hace unos días su cierre, dejando a más de dos mil trabajadores en la calle, mientras que Tata Steel realizará un recorte de empleo que podría afectar a unas 1.200 personas. Ninguna de las dos pudo resistir a la presión que ejerce China, y se han visto forzadas a tomar ya ajustes. "Está por ver qué acciones puede tomar el Gobierno británico para evitar más pérdidas de empleo en una industria que da trabajo a 18.000 personas en el país", aseguró.

Según las cuentas que maneja Robrecht Himpe, este año las importaciones en Europa procedentes de Pekín podrían llegar a los 7,5 millones de toneladas. Una cantidad aún pequeña, pero que, como el directivo de Arcelor recoge, supone un incremento del cien por ciento en los dos últimos años. Y lo más peligro, alerta, es que esas cifras van a más.

"Dumping" chino

El principal problema de esas importaciones, sostiene el portavoz de Arcelor, es que llegan al Viejo Continente a un precio por debajo del que marca el mercado (lo que se conoce como "dumping"). "Las empresas chinas sólo sobreviven gracias al apoyo del Gobierno", aseguró. Según explica Himpe, "China ha invertido mucho en hacer una industria de acero potente, y al ralentizarse su producto interior bruto se encuentra con que tiene demasiado material para vender en su propia casa, así que está buscando oportunidades en otros países, el problema es que esas importaciones son en muchas ocasiones mediante técnicas de 'dumping'".

Los cálculos que maneja la patronal Eurofer sostienen que el país oriental tiene un exceso de capacidad de producción de 340 millones de toneladas de acero, un tercio de la total. Una cifra que supone el doble de lo que puede fabricar la industria europea del sector. "El Gobierno chino dice que está haciendo esfuerzos para reducir ese exceso, pero el progreso está siendo poco convincente hasta el momento; ejemplos recientes demuestran que hay instalaciones europeas que han tenido que cerrar por la insostenible presión de los precios", resaltó Alex Eggert, director general de la asociación.

A juicio del vicepresidente del gigante siderúrgico, Robrecht Himpe, el Gobierno europeo debería ir tomando nota de lo que está ocurriendo en Reino Unido con la industria del acero para comenzar a actuar de forma inmediata. "Puede que no haya solución sencilla, pero hay decisiones sensatas que se pueden tomar ahora para que Europa garantice el futuro de su industria siderúrgica, que es la columna vertebral de una cadena de suministro muy importante y que emplea directamente a más de 350.000 personas, mientras que el futuro del acero en Reino Unido continúa siendo incierto", alertó.

La presión de los precios está tocando ya a la industria europea, pero antes ya ha hecho tambalearse a algunas acerías de América Latina, donde está habiendo miles de despidos en el sector.