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Arcelor iniciará en diciembre la ampliación del carril y refuerza la plantilla de alambrón

La multinacional estudia realizar nuevas paradas en el tren de bandas en caliente (TBC) si la demanda de esta instalación no se recupera

Carril de Arcelor en la fábrica de Veriña (Gijón). ÁNGEL GONZÁLEZ

La multinacional siderúrgica Arcelor-Mittal pondrá en marcha las obras para ampliar el tren de carril durante el mes diciembre, aprovechando una de las paradas que la instalación tiene que realizar para que la plantilla pueda coger vacaciones. Sin embargo, durante ese mes sólo se acometerá una parte de los trabajos, el resto, para no desatender los pedidos, se realizará durante el verano, según confirmaron ayer fuentes de la empresa. También durante las Navidades se aprovechará para instalar nueva maquinaria en el tren de chapa de Gijón.

El gigante del acero pondrá así en marcha las millonarias inversiones que aprobó durante el verano para desarrollar en sus plantas asturianas y que supondrán un desembolso superior a los 250 millones de euros. El inicio de los trabajos se llevará a cabo en un entorno de enorme incertidumbre. La presión de la industria acerera china, que está inundando el mercado europeo de acero barato, ha obligado a la multinacional a activar su expediente de regulación de empleo. Lo hará mandando a casa durante los próximos viernes (hasta el 18 de diciembre, excepto el 6 de noviembre) a unos dos mil empleados; los que tienen jornada continua, es decir, fundamentalmente el personal de las oficinas, muy pocos de producción. La multinacional también avisó hace unos días de que iba a retrasar el inicio de las obras de ampliación de la acería avilesina (la LD-III), aunque en ese momento no ligó la demora a la inestabilidad del mercado.

Los sindicatos se han mostrados muy sorprendidos por el ajuste de la multinacional. Sobre todo, aseguran, después de que se hubieran ampliado los turnos de trabajo en el propio tren de carril gijonés porque no se daba abasto con los pedidos, y unas semanas después de que se decidiera contratar a una veintena de trabajadores para el alambrón de Avilés, donde también hay abundante trabajo estos días.

La instalación que más está sufriendo es el tren de bandas en caliente (el llamado TBC), que dejará de producir este mes, los próximos 28 y 29 de noviembre, y si la demanda sigue bajo mínimos no se descarta que se amplíe a más días. Para justificar esta decisión, la empresa aseguró a los sindicatos que el precio de la bobina, como la que ese taller hace en Avilés, ha bajado en el último mes en unos 50 euros por tonelada, una caída que es consecuencia directa del fuerte incremento de las exportaciones asiáticas.

Ante la amenaza china, la empresa ha activado en Asturias un plan de contingencias que comenzará con la aplicación del ERE, pero que podría incluir otras medidas adicionales. La siderúrgica estudia también llevar a cabo un calendario de paradas en algunas instalaciones para ajustarse a la nueva demanda. Y mandar a casa, mediante otra regulación, a los trabajadores que estén más próximos a retirarse.

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