Los sindicatos presentaron ayer a la dirección de Arcelor-Mittal una oferta de subida salarial para los próximos tres años más modesta que la que habían puesto sobre la mesa el pasado mes en un intento por desatascar las negociaciones del nuevo acuerdo marco. La dirección del gigante siderúrgico aboga por que una parte de las nóminas continúe ligada a los resultados de las plantas españolas, como ha sucedido durante los tres últimos años, y las centrales se niegan en rotundo y ayer propusieron un aumento salarial del 0,5% para el próximo año, del 1% para 2017 y del 1,5% para 2018, en los tres casos un punto por debajo de la oferta inicial.

La compañía quedó en estudiar esos porcentajes y dar una respuesta en una reunión que se celebrará el próximo martes, día 29. No obstante, los representantes de las centrales consideran difícil que Arcelor acepte su propuesta, ya que la multinacional insiste en que el único camino posible para lograr un pacto pasa por mantener los sueldos ligados a la productividad de las plantas. Si no se consigue el acuerdo, la empresa ya ha advertido de que mantendrá congelada la antigüedad de los trabajadores, tal y como ha ocurrido durante estos últimos tres años.

Los sindicatos también quieren que se aplique una prima anual y ligada a los resultados y que no se consolidaría en las nóminas. Además, proponen que se establezca una cláusula de protección ante una posible subida del IPC durante los próximos tres años.

La dirección de Arcelor-Mittal parece poco dispuesta a aceptar esas propuestas. La siderúrgica sostiene que la situación del mercado español continúa siendo "muy complicada", un mensaje que choca con el que traslada a nivel continental. En una reunión del comité europeo -un órgano en el que están representados los sindicatos y la empresa- aseguró que hay ciertos ingredientes en el mercado que pueden favorecer la actividad de sus plantas. Entre ellos figura un previsible incremento del consumo de acero en el Viejo Continente, el bajo precio de las materias primas y las nuevas medidas contra la competencia desleal que está poniendo en marcha la Unión Europea (UE) para intentar frenar el avance del acero barato chino. Los sindicatos reprocharon ayer que la dirección de la multinacional está teniendo un doble discurso en Madrid y en Luxemburgo, lo que achacaron a un intento por presionarlos en la negociación de este nuevo acuerdo marco.

En lo que sí que están comenzando a acercar posturas empresa y sindicatos es en los temas vinculados a la igualdad. Sin embargo, Arcelor volvió a rechazar la propuesta sindical de incrementar los días de permiso de los trabajadores.

Los sindicatos también quieren poner sobre la mesa la necesidad de aumentar la plantilla de la siderúrgica en Asturias, ya que aseguran que, pese a las amenazas de la compañía y el ERE en activo, la carga de trabajo en muchos talleres es excesiva. Lo que no han entrado aún a discutir es la propuesta de la multinacional de incrementar el número de horas de las que puede disponer libremente de sus trabajadores sin tener que pagarles horas extra. A ello los sindicatos se oponen de forma frontal y aseguran que puede provocar un importante distanciamiento en la negociación del acuerdo marco.