Las pensiones serán un 35% más bajas en el futuro como consecuencia de los cambios introducidos en 2011 y 2013, que han garantizado los ingresos del sistema, pero han ignorado los derechos morales de los pensionistas y les han hecho cargar con todo el coste del envejecimiento de la sociedad, según refleja un informe publicado por la Fundación Cajas de Ahorros (Funcas).

El estudio, obra del catedrático de la Universidad del País Vasco Ignacio Zubiri, señala que las reformas de estos años en el sistema de pensiones "son poco más que una rebaja generalizada de las pensiones que afectan a todos sus elementos". Zubiri destaca que los cambios rebajan la pensión inicial por el aumento del número de años para calcular la pensión, la reducción del peso en la pensión de cada año cotizado y el aumento en el número de años para obtener una prestación completa.

Los cambios introducidos también hacen que la pensión se cobre durante dos años menos por el retraso de la edad de jubilación a los 67 y reducen el valor de las pensiones tras la jubilación porque el índice de revalorización hará que las prestaciones crezcan por debajo de la inflación durante muchos años.

En concreto, el investigador estima que la reforma del 2011 supondrá una rebaja media en la pensión vitalicia en torno al 20%, mientras la reforma del 2013 añadirá una pérdida adicional del 15% por la reducción de la pensión media nominal tras la jubilación. Zubiri apuesta por una nueva reforma que deshaga parte de las medidas adoptadas y que dote al sistema de recursos adicionales y garantice a los pensionistas una tasa mínima. Aboga por mantener la jubilación a los 67 años y por eliminar las prejubilaciones, pero también por elevar los ingresos del sistema aumentando las cotizaciones y creando un nuevo impuesto sobre los patrimonios y sobre las ventas de las grandes empresas.