España terminó la legislatura con la segunda tasa de paro más alta de la UE y de la OCDE. Según la EPA, el paro cayó en 507.800 personas desde 2011, pero en parte porque muchos parados desistieron de buscar empleo o se fueron de España. En ese tiempo España perdió 400.000 habitantes y la población activa o fuerza laboral (personas que trabajan o que quieren trabajar) menguó en 566.600. La tasa de actividad siguió cayendo incluso en 2015 pese a que la economía creció el 3,2%. De modo que al cierre de 2015 había en España 58.800 personas ocupadas menos que al fin del mandato de Zapatero, según la EPA. La afiliación a la Seguridad Social fue en diciembre sin embargo superior en 78.478 cotizantes que cuatro años antes, pero en enero, tras el fin de la Navidad, la afiliación se situó en 125.565 cotizantes menos que con Zapatero.
El empleo sigue siendo una asignatura pendiente. Y más cuando predomina la temporalidad, la parcialidad y la baja cualificación. El paro de larga duración ha pasado del 46% en 2011 al 60% en 2015. Según la OCDE, España está a la cola en calidad de empleo y en cabeza (tras Chipre) en desigualdad.
