El gasto público del conjunto de las administraciones españolas sumó en 2014 el 44,5% del producto interior bruto (PIB) del país, lo que mantiene a España 3,7 puntos de PIB por debajo del promedio de los 28 países de la UE y 4,9 puntos menos que el gasto estatal medio de los 19 estados de la zona monetaria, y sólo dos décimas superior al gasto público de Alemania (44,3%), el país tradicionalmente considerado como paradigma de la austeridad.
Los datos de Eurostat (la oficina estadística europea), difundidos este martes, consolidan a España como el 14º. país de la UE y el 9º. del euro con menor gasto de sus administraciones, lo que no es atribuible a los recortes de los últimos años, dado que la austeridad relativa española (en comparación con sus socios) es una constante anterior a la crisis. Las administraciones públicas españolas llegaron a gastar hasta 9,6 puntos de PIB menos que el promedio de la eurozona antes de que la recesión de 2008 disparara el gasto en desempleo. Hoy España es, empatada con Grecia, el segundo país con mayor coste del desempleo, por detrás de Dinamarca, pese a que este país tiene una tasa del 6% de paro frente al 20,8% de España.
Según los datos desvelados esta semana por Bruselas, de los 28 países de la UE 13 gastan menos que España: son Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Reino Unido, Malta y ocho países excomunistas del Este Europeo. Y de los 19 países del euro, sólo ocho tienen estados más austeros que el español: Alemania, Estonia Irlanda, Letonia Lituania, Luxemburgo, Malta y Eslovaquia.
El conjunto de las administraciones públicas españolas podría gastar 38.522 millones de euros más de lo que desembolsan en la actualidad y ni tan siquiera así superaría España el promedio de los 28 países de la UE. Para igualar la media de los 19 países del euro España aún tiene un margen de gasto anual adicional de 51.016 millones. Sin embargo, para situarse en el nivel de gasto público de Alemania, a España le bastaría con reducir sus pagos públicos en 2.082 millones.
Todo esto quiebra el mito del Estado y los gobiernos españoles "derrochadores", con los que desde 2008 se ha querido explicar en España que el país tenga el tercer mayor déficit público de la UE y la séptima mayor deuda soberana. Con los datos de Eurostat de 2014 y años precedentes, la explicación no está en que España gaste más que el resto de los países socios sino que, como puso de manifiesto Eurostat en anteriores estudios, el fisco español es el cuarto que menos recauda de la Eurozona: sólo más que Letonia, Irlanda y Lituania.
A causa de la evasión y elusión fiscales, la economía sumergida y una norma tributaria que favorece las desgravaciones, bonificaciones y exenciones, España recauda en porcentaje de PIB menos incluso que Grecia, considerado por los europeos como uno de los países campeones del fraude. Esto explica que, con un gasto inferior al promedio, y pese a los recortes aplicados, España cerrase 2015 con un déficit fiscal del 4,8% del PIB, según la Comisión Europea, lo que supone un desfase de 50.806 millones.
La creencia de que la estructura burocrática, el tamaño de las administraciones y el peso de las autonomías es la causa del déficit, por ser supuestamente una carga muy elevada, tampoco se justifica con los datos. Aunque tienen un peso relativo mayor que el gasto total, están en la media europea. Este tipo de gastos supone en España el 6,9% del PIB, dos décimas más que el promedio de la UE y una menos que la media de la eurozona. España está también en la media del euro (4,4% del PIB) y dos décimas por encima de la UE (4,2%) en gastos por asuntos económicos, y en el promedio de ambas áreas (0,8%) en protección ambiental. Por el contrario, España gasta más en orden y seguridad públicos (2% del PIB frente al 1,8 de la UE y 1,7% del euro) y en ocio, cultura y religión (1,2 frente a 1 y 1,1), y menos en defensa (0,9 frente a 1,3 y 1,2) y en vivienda y equipamientos colectivos (0,5 frente a 0,7). Es llamativo el bajo gasto en salud (6,1% frente a 7,2 y 7,3), en educación (4,1 frente a 4,9 y 4,8) y en protección social (17,6% frente a 19,5 en la UE y 20,4% en la eurozona), y esto último pese a que España gasta en paro el 2,5% del PIB (1,5% en la UE y 1,8% en la eurozona).
