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Aumenta la compra de pisos en Madrid para evitar los impuestos asturianos

Cada vez más asturianos adquieren viviendas en la capital para fijar allí su residencia legal o donarlas a sus hijos con una fiscalidad reducida

Aumenta la compra de pisos en Madrid para evitar los impuestos asturianos

La adquisición de inmuebles en Madrid ha ganado adeptos entre los asturianos más acaudalados, que a menudo dirigen sus inversiones hacia esa comunidad atraídos por sus ventajas fiscales. Comprar viviendas para cambiar la residencia habitual a la capital de España o para hacer donaciones a los hijos son prácticas crecientes entre los grandes patrimonios que así evitan la presión de los impuestos del Principado.

Los tributos de ámbito autonómico que mueven a los contribuyentes ricos hacia Madrid son principalmente el de sucesiones y donaciones y el de patrimonio, según los expertos fiscalistas consultados. Se cumplen diez años ahora desde que el Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre eliminó prácticamente el gravamen para los hijos que reciben herencias o donaciones. Fue una de las primeras comunidades en hacerlo, abriendo paso a la competencia fiscal entre regiones.

Así que el hijo que hereda tributa en Madrid diez veces menos que en Asturias. Es un potente incentivo que, según los expertos, mueve a los asturianos con patrimonios importantes a buscar fórmulas para eludir al Fisco regional que pasan por la comunidad madrileña. Una de las opciones consiste en aprovechar su ventajosa fiscalidad para las donaciones en vida. Según los expertos, funciona así: el padre invierte en una propiedad inmobiliaria (generalmente una vivienda) en Madrid y luego se la dona al vástago. Al tratarse de un bien inmueble, el impuesto de donaciones se liquida en la comunidad donde está ubicado, con independencia del lugar de residencia del donante y del donatario. El Fisco madrileño bonifica en un 99% de la cuota el tributo cuando la donación se produce en beneficio de hijos, nietos, cónyuges o padres.

Un ejemplo: la donación de un inmueble valorado en 800.000 euros tributa 205.920 euros en Asturias y 2.000 euros en Madrid. Al tratarse de una donación, no hay ganancia patrimonial para quien la hace, de modo que no está sujeta al IRPF. Y si la compra y la posterior transmisión al hijo se hace sin que haya transcurrido un año, tampoco existe plusvalía a efectos del impuesto sobre el valor de los terrenos de naturaleza urbana. Por la compra de la vivienda sí se pagará el 10% de IVA si es nueva y el 6% de transmisiones patrimoniales en Madrid cuando es usada. En este último supuesto, en Asturias se tributa el 10% cuando el valor de la casa supera los 500.000 euros. Según fuentes empresariales, el aprovechamiento del régimen fiscal de las donaciones en Madrid se ha intensificado ante las iniciativas políticas para igualar o armonizar los impuestos autonómicos, lo que supondría de hecho un recorte a las ventajas madrileñas.

En 2011, también con Esperanza Aguirre en el Gobierno, Madrid decidió no restablecer el impuesto de patrimonio, que desde 2008 había suprimido en todo el país el Ejecutivo central de José Luis Rodríguez Zapatero, que lo recuperó tres años después para quienes poseen bienes por valor de más de 700.000 euros. El Principado elevó por su parte la tarifa del impuesto en 2013, hasta situar el tipo marginal en el 3%. De modo que alguien con un patrimonio neto de cuatro millones de euros no paga nada en Madrid y desembolsa en Asturias 41.729 euros al año.

Este tributo se abona donde está la residencia habitual del contribuyente y es a menudo, según las opiniones recabadas, el argumento fiscal más poderoso de quienes, teniendo altos niveles de riqueza (empresarios, profesionales con rentas elevadas, rentistas...), deciden trasladar su domicilio a Madrid. Es común que lo hagan mediante la adquisición de viviendas en la capital del país, donde deben pasar al menos 183 días al año para tener el reconocimiento de domicilio habitual y con ello pagar los impuestos madrileños (patrimonio y tramo autonómico del IRPF) en lugar de los asturianos. Pero, avisan los fiscalistas, no es tan fácil como suena porque las autoridades tributarias siguen de cerca los cambios de domicilio para evitar fraudes.

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