El Principado aumentó en 2015 su recaudación por el impuesto de sucesiones, que grava a los herederos, y el de transmisiones patrimoniales, que afecta entre otros a los compradores de pisos usados. Los ingresos por sucesiones (medidos por los técnicamente llamados "derechos reconocidos") ascendieron a 139,37 millones de euros, 11 millones más que en 2014. La liquidación correspondiente al impuesto de transmisiones rozó los 97 millones de euros, 4 millones más que en el ejercicio anterior. La recaudación se vio favorecida por el repunte en las compraventas de casas, que compensó el efecto de la rebaja en los coeficientes que utiliza el Principado para valorar los inmuebles. Según opiniones expertas, el polémico método de valoración que usa el Principado propició que se mantuviera estable e incluso aumentara la recaudación del impuesto de sucesiones durante la crisis y mitigó también el desplome de los ingresos por transmisiones.