El empresario Marcelino Artime, de la firma Vuelox, no se separaba de los dos drones que ayer tenía expuestos en una sala del corazón del Parque Tecnológico de Asturias, un espacio industrial que ayer celebró sus 25 años de vida con charlas, jornadas de puertas abiertas y una exposición. Artime mira a su alrededor y ve algunos de los inventos de sus vecinos de polígono. "Con varios de ellos he hecho ya algún negocio, la cooperación aquí es constante", afirma.

Artime es uno de los veteranos del parque tecnológico ubicado en Llanera, que se inauguró en 1991 y que durante sus primeros años de vida sólo contó con un vecino del sector privado, además de los edificios públicos del Instituto de Desarrollo Económico (IDEPA), el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) y del Instituto Tecnológico de Materiales (ITMA). Era un centro de datos que abrió el empresario Adolfo Pisa, uno de los fundadores del grupo constructor Ceyd, en un inmueble que actualmente ocupa la multinacional Ricoh y donde se desarrollan plataformas de comercio electrónico.

Ahora hay mucha más vida en las calles del Parque Tecnológico, que en breve pasarán a tener nombres de árboles asturianos, como resultado de un concurso convocado por el Ayuntamiento de Llanera para bautizar los viales. En esa ciudad empresarial hay 144 empresas que dan empleo a unas 2.500 personas en un espacio de medio millón de metros cuadrados. Odón Losada es otro de sus inquilinos y responsable comercial de la compañía de domótica Ingenium. "Aquí se genera mucho negocio, hay bastantes sinergias entre empresas y, además, estamos en una ubicación de lo más céntrica, al lado de todo", señala. Marcelino Tamargo asiente con la cabeza y apunta que "es un sitio en el que hay mucho conocimiento, está lleno de ingenieros".

Pero no todo fue sobre ruedas. Los inicios del parque fueron lentos. La actual responsable de este espacio industrial, Sonia Verde, asegura que "al principio nos pillaron unos años de crisis". Eso dificultó la atracción e implantación de compañías, pero a medida que los nubarrones económicos de principios de la década de los noventa se iban despejando fueron llegando los nuevos inquilinos. El de Llanera fue uno de los primeros parques tecnológicos de España. Rosendo Rojas, responsable del área de gestión del conocimiento del IDEPA, fue uno de los que vio gestarse el proyecto en la década de los ochenta. El primer paso, recuerda, lo dio el Principado adquiriendo a la entidad estatal Sepes los terrenos, que en un principio iban a estar destinados para la ampliación del polígono de Silvota.

En la sala de exposiciones habilitada para festejar los 25 años se muestran innovaciones surgidas entre las paredes de las empresas del Parque. "Tico" es uno de los vecinos más ilustres, un robot de poco más de metro y medio, desarrollado por Adele Robots, que ayer daba la bienvenida a la sala. La conmemoración de las bodas de plata del parque también contó con visitas guiadas a empresas y una charla sobre innovación.