La economía española avanzó un 0,7 % entre abril y junio en comparación con el primer trimestre, una ligera ralentización de una décima respecto al periodo enero-marzo que, no obstante, demuestra la continuación de un "crecimiento robusto de la actividad", según el Banco de España.

El Boletín Económico de junio asegura que "la información disponible confirma la continuación de la fase expansiva de la actividad en la etapa más reciente". La evolución favorable del mercado de trabajo y la mejora de las condiciones financieras están sustentando la expansión del consumo de los hogares, a un ritmo muy similar al de los trimestres anteriores, en tanto que la inversión empresarial ha experimentado una cierta ralentización, conservando, no obstante, su pauta expansiva.

La entidad supervisora se refiere también al "brexit" y considera "muy prematuro" discernir qué parte de la brusca reacción de los mercados financieros (que ayer repuntaron) refleja el impacto que pueda tener a medio y largo plazo el resultado del referéndum británico y qué parte está asociada a la propia asimilación de una noticia de esa trascendencia.

De vuelta a España, durante el segundo trimestre la inversión en construcción continuó su proceso de recuperación en su componente residencial, en un contexto de repunte de las compraventas de viviendas. Sin embargo, el debilitamiento reciente de algunos indicadores, como el consumo de cemento o las afiliaciones a la Seguridad Social en la rama de ingeniería civil, sugiere que la inversión en otras construcciones podría estar acusando una desaceleración de la obra pública.

Según la entidad que dirige Luis María Linde, la información acerca de los intercambios comerciales con el resto del mundo en el segundo trimestre del año, aún muy limitada, sugiere un repunte de las exportaciones de bienes.