El puerto de Gijón ha perdido una nueva oportunidad de captar negocio. La regasificadora de El Musel aspiraba a ser la puerta de entrada de Europa del gas procedente del "fracking" de Estados Unidos, pero ya se ha adelantado la planta de Ferrol. El puerto gallego ha abierto una nueva ruta desde la terminal de licuefacción de Sabine Pass, en Luisiana, y acaba de recibir el primer cargamento de combustible que llega a España procedente de Norteamérica.
"El auge del gas en Estados Unidos es una nueva oportunidad para El Musel", había señalado el pasado mes Laureano Lourido, presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, ante los inversores que asistieron en Madrid al "Asturias Investors Day". Estados Unidos está empezando a exportar en barcos metaneros gas natural licuado (GNL) proveniente de los yacimientos explotados mediante la técnica de fractura hidráulica de la roca, el conocido como "fracking". Ese gas comenzará a ser consumido en Europa y en otros puntos del mundo y por ello necesitará plantas en el continente para almacenar y reexportar. De ahí que Lourido hablara de "oportunidad" para la regasificadora de El Musel, una infraestructura que costó 382 millones de euros, que está concluida desde noviembre de 2012 y que está sin estrenar porque el Gobierno de Rajoy decidió que quedará en "hibernación" para evitar que se hinchara el déficit en el sistema gasista y porque una sentencia del Tribunal Supremo tumbó la autorización administrativa al no cumplirse la distancia mínima de dos kilómetros de la planta a un núcleo habitado.
El Supremo también anuló la licencia de la regasificadora de Mugardos, en Ferrol, pero en ese caso el Gobierno de España activó una vía de urgencia para legalizar la planta, lo que disparó las críticas desde el Gobierno del Principado, que calificó la maniobra como "agravio claro". Ahora esa planta gallega, gestionada por Reganosa -sociedad mixta participado en un 24% por la Xunta de Galicia, en manos del PP- ha conseguido captar el negocio del gas de Estados Unidos al que aspiraba la regasificadora de El Musel.
El pasado viernes, la terminal de Reganosa en el puerto de Ferrol recibió el buque Sestao Knutsen, con 138.000 metros cúbicos de gas natural licuado. Fue el primer cargamento de ese combustible que llegó a España procedente de Estados Unidos y el segundo de Europa. "La nueva ruta entre España y Estados Unidos que se abre con la llegada del Sestao Knutsen pone de manifiesto la vocación atlántica y energética del puerto de Ferrol y el cambio operado en el sector de la energía tras la puesta en explotación de las grandes reservas de gas natural norteamericanas", señalaron fuentes de Reganosa, que destacaron que "Ferrol está llamado a jugar un papel muy destacado en el creciente flujo de gas natural licuado (GNL) que llegará a Europa desde Norteamérica". Justo a lo que aspiraba la Autoridad Portuaria de Gijón para rentabilizar su regasificadora y atraer nuevos tráficos al ampliado puerto de El Musel.
El buque metanero que atracó en el puerto de Ferrol procedía de la terminal de licuefacción de Sabine Pass, en Luisiana, que está en funcionamiento desde febrero de este año y está operada por Cheniere Energy. Esta compañía estima que Estados Unidos se convertirá en el tercer mayor proveedor de GNL en 2020, con una capacidad de producción de 60 millones de toneladas anuales. Desde Reganosa destacan que España será uno de los principales receptores del combustible norteamericano debido a que es el país europeo que cuenta con la mejor red de regasificadoras, pero añaden que la orientación atlántica de Ferrol hace que su terminal sea "el lugar idóneo para recibir ese flujo".
Además, en el puerto de Ferrol se encuentran los astilleros de Navantia, líderes europeos en reparación y revisión de barcos gaseros. Navantia, Reganosa y Gas Natural firmaron un acuerdo para poner en común sus capacidades y prestar servicios conjuntos para los metaneros que precisen operaciones de carga y descarga, enfriamiento y reparación.
