La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Surfeando la ola del desempleo

Cientos de jóvenes asturianos salen del paro o aparcan los libros para trabajar durante unos meses con los empleos temporales más típicamente veraniegos

A pie de playa. Rubén Sanjosé, a la izquierda, y Roberto Álvarez trabajarán durante este mes en los hinchables de la playa de Poniente de Gijón, para "sacarnos un dinero". KATIA A. CHARRO

El empleo crece en Asturias al calor del verano, entre olas, arena de playa y fogones. Es decir, entre todo aquello que tenga que ver con el pujante mercado turístico. Son trabajos temporales, generalmente solo para los meses de julio y agosto, y ocupados en una parte significativa por jóvenes. Todos esos requisitos los cumple el ovetense Ignacio Pérez (de 25 años), que tiene contrato hasta finales de agosto en una escuela de surf de Tapia de Casariego. Compagina sus estudios de Relaciones Laborales con este tipo de trabajos veraniegos cada vez que aparca los libros. "Este es mi quinto año como monitor y estoy encantado porque me gustan el surf y los críos", precisa.

Igual de contenta está la gijonesa Elena González Lobo, de 21 años, y que en unos días comenzará a trabajar en la Feria Internacional de Muestras de Gijón (Fidma). "Buscaba trabajo porque acabé un módulo de grado superior y quería sacarme un dinero", señala. Volverá a repetir en el mismo puesto que ocupó ya el verano pasado en una tiendecita que vende juguetes cerca del Museo del Pueblo de Asturias.

A la orilla del bravo Cantábrico también encontraron su oportunidad laboral el ovetense Roberto Álvarez y el noreñense Rubén Sanjosé. Ambos trabajan en los hinchables de la playa gijonesa de Poniente. "Tengo el curso de socorrista y el negocio es de mi padre", destaca Álvarez. "Trabajaré la primera quincena de agosto, quiero ahorrar el dinero que gane", añade. Sanjosé también compagina sus estudios con lo que vaya saliendo durante el verano. "Tengo un título superior de actividades físicas y deportivas y el año que viene me voy a León a estudiar Educación Física; el dinero me viene bien para ir cogiendo algo de independencia económica", explica.

Pero no todo el empleo está al pie de la costa. Lidia Gálaz Cueva trabaja desde hace unas semanas en la piscina de Turón como socorrista. Por la mañana, además, ejerce como monitora para los más pequeños en los cursillos de natación. Gálaz estuvo empleada durante bastante tiempo en la piscina de Vega de Arriba de Mieres. "Trabajar en verano es bastante llevadero, estás al aire libre todo el tiempo", asegura. Eso sí, sabe que su puesto conlleva una gran responsabilidad para que todos disfruten de los baños de forma segura.

Entre los fogones también se cuece el empleo durante el verano. El cocinero gijonés Pedro Juliana Medio, de 22 años, encontró en una cafetería de Avilés su sexto empleo en los seis años que lleva en el mercado laboral. "Respecto al trabajo, no me caso con nadie y, ante todo, valoro tener calidad de vida", afirma el joven a modo de explicación de su paso por tantas empresas en tan poco tiempo. Lo cierto, asegura, es que nunca le falta tarea. "Es cuestión de tener conocimiento para al puesto, evidentemente; confianza en uno mismo, cierta humildad y ganas de trabajar... Con esas premisas, al menos en lo que conozco, que es el sector de la restauración, no veo grandes problemas para encontrar empleo", explica el gijonés.

Carmen Pascual tiene 47 años y es de Ribadesella, aunque vive en Villaviciosa. Trabaja desde el 8 de julio en el restaurante La Talamera, que el cocinero Lluis Nel Estrada abrió este verano en la villa riosellana. Antes era conductora, pero se le acabó el contrato y tuvo que irse al paro, donde apenas estuvo ocho días. "Me costó poco reengancharme", asegura desde un concejo donde julio trajo un descenso del 19,9%, uno de los mayores de Asturias.

Compartir el artículo

stats