La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cuatro asturianos rechazan cada día una herencia por las deudas y los impuestos

El número de familias de la región que renuncian a un legado porque no pueden hacer frente a los gastos se triplicó desde el inicio de la crisis

Cuatro asturianos rechazan cada día una herencia por las deudas y los impuestos

Heredar puede ser un regalo envenenado, y los números así lo demuestran. Cuatro asturianos rechazan cada día una herencia porque no pueden hacer frente a las cargas que el legado acarrea en forma de deudas o de impuestos. La crisis ha provocado que buena parte del patrimonio acumulado por algunos difuntos esté cargado de préstamos por pagar o de cuentas corrientes en números rojos a los que el heredero tiene que hacer frente con todas sus consecuencias. A esto se une también que los beneficiarios tienen que abonar el impuesto de sucesiones y donaciones, que en Asturias es de los más altos del país. Todos estos ingredientes combinados han provocado que sólo durante el primer trimestre 374 asturianos dijeran "no" a una herencia, según los datos que acaba de divulgar el Consejo General del Notariado. Son el triple de los que lo hacían antes de que comenzaran las dificultades económicas.

En concreto, antes de que estallara la crisis, allá por 2008, sólo un asturiano rehusaba cada día a heredar. Pero a medida que esta gran recesión se iba recrudeciendo ese ratio ha ido en claro aumento. Los impuestos, sostienen los notarios, han tenido una decisiva influencia sobre ese incremento. El Principado es una de las regiones en las que más se penaliza recibir una de estas transmisiones. Echando cuentas, según un cálculo realizado por expertos en derecho fiscal, un asturiano que hereda de su padre la vivienda habitual y un segundo piso con un valor conjunto de 225.000 euros debe pagar por esta tasa más de 11.500 euros. Todo un hachazo para las maltrechas economías domésticas. El Gobierno regional promete corregir el llamado error de salto de este impuesto, para evitar que las herencias de 150.100 euros tengan que tributar, mientras que las de 150.000 están exentas.

Pero los impuestos no son la única causa por la que los asturianos rechazan heredar. Las deudas fruto de la crisis, que cada vez con más frecuencia tienen ligadas estas transmisiones, es otro factor determinante, según señalan los notarios. Aceptar una herencia supone hacerse cargo tanto de los bienes como de las deudas que había ido acumulando el fallecido. Es decir, cargar con lo bueno, pero también con todo lo malo.

En el caso de las deudas, quien recibe la herencia debe responder de ellas con su propio patrimonio. Incluso, si el fallecido había avalado a sus hijos por la compra de una casa, esa responsabilidad se traslada a quien acepta el legado.

¿Qué sucede cuando se rechaza una herencia? Esta vía, por la que cada vez optan más asturianos, es larga, burocráticamente compleja, pero, en muchos casos, es la única salida para evitar un roto económicamente hablando. "Cuando alguien rechaza un legado, se pregunta a la siguiente generación y, si éstos también lo descartan, a la siguiente y así sucesivamente", afirma el notario de La Felguera Rafael García. Se van explorando poco a poco todas esas ramificaciones familiares hasta llegar a los primos carnales, la última barrera. Si todos fallan y la herencia está cargada de deudas, un juez realiza una liquidación de los bienes y del dinero (lo que se llama masa hereditaria) para intentar que el máximo número de acreedores pueda cobrar sus deudas. Es un proceso judicial muy similar al concurso de acreedores.

En el caso de que sobre algo o de que directamente no haya ninguna deuda pero los herederos rechacen la transmisión para no pagar el impuesto, los bienes pasan a manos del Estado, y más concretamente a un organismo llamado Patrimonio (integrado en el Ministerio de Hacienda). "El Gobierno puede hacer lo que quiera con ellos, desde subastarlos hasta quedárselos", sostiene Rafael García.

Compartir el artículo

stats