La creación de un fondo único europeo de garantía de depósitos bancarios para dar estabilidad al sector financiero, romper el mutuo contagio entre riesgo bancario y riesgo soberano nacionales, y superar la fragmentación del mercado bancario de la eurozona ha encontrado el escollo de la resistencia de Alemania y países afines. Berlín pretende que para aceptar este último paso de la integración bancaria (una vez que ya se aprobó la supervisión única y el sistema europeo de reestructuración o resolución bancaria) o bien se limita la tenencia de deuda pública en poder de los bancos de cada país o se suprime la actual catalogación internacional de la deuda soberana como activo libre de riesgo para la banca.

Cualquiera de ambas opciones (especialmente la segunda) sería pernicioso para los países con un elevado endeudamiento público, caso de España, porque tendería a elevar sus primas de riesgo y a volver a fragmentar el mercado de deuda, sobre todo en ausencia de una acción compradora como la que ahora está haciendo de forma excepcional el Banco Central Europeo (BCE). Suprimir la condición de activo libre de riesgo a los bonos públicos también perjudicaría a la banca, a la que en ese caso la inversión en deuda soberana le consumiría capital.

Alemania se resiste a la aceptación del Sistema Europeo de Garantía de Depósitos porque esto supondría que la actual cobertura de un máximo de 100.000 euros por depositante en caso de crisis de un banco ya no estaría respaldado por el fondo de garantía de cada país -y, en su defecto, por el Estado de esa nación-, sino de forma mancomunada por el sistema europeo. El temor germano es que por este resquicio se vayan a mutualizar las deudas de los países en tanto que los bancos suelen ser grandes compradores de estos títulos.

El eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández, que acaba de ser nombrado ponente del grupo socialdemócrata europeo sobre esta materia, y que defiende la constitución de la considerada como "tercera pata" de la Unión Bancaria, señaló que el debate tiene una "gran relevancia política" porque "detrás del Fondo de Garantía hay una mutualización de los riesgos existentes entre los estados y los sistemas bancarios nacionales".

Para los defensores del Fondo su creación es esencial para, como explica Fernández, "evitar el contagio de riesgo entre sistemas bancarios nacionales y estados", lo que fue causa entre 2010 y 2012 de las tensiones en las primas de riesgo del sur de Europa. "Si un gran banco tiene problemas, se disparan las primas de riesgo del país porque se entiende que el estado tendrá que salir en su rescate, y la elevación de las primas afecta al resto de la banca nacional por la tenencia de títulos públicos en sus balances. Lo mismo ocurre con los actuales fondos nacionales de garantía de depósitos. Si el fondo carece de suficiente recursos para cubrir los 100.000 euros por depositante, es el estado quien los garantiza".

La Comisión Europea ha planteado un proceso gradual en tres fases para convencer a Alemania: una primera etapa en la que se operaría con un sistema de coseguro; una segunda fase mediante una fórmula reaseguro, y una tercera, desde 2024, en la que actuaría el seguro plenamente federal.