La fuerte caída de la licitación pública en España provocará que el tren de carril de Arcelor-Mittal en Gijón funcione con el freno echado hasta, al menos, el segundo trimestre del próximo año. Así lo trasladó la multinacional siderúrgica a los sindicatos en una reunión en la que también participaron los responsables del departamento de recursos humanos. La exigua cartera de pedidos obligará a suprimir dos turnos de trabajo y a recolocar a algunos trabajadores, probablemente a otras funciones dentro de este mismo taller. La compañía precisó que en principio no se echará mano del expediente de regulación de empleo que tiene abierto por si vienen malos tiempos.

Los sindicatos dudan de que la instalación esté sufriendo de verdad una caída de los pedidos y sospechan que se trata de una estrategia de la compañía para eliminar de forma definitiva estos dos turnos laborales. La multinacional invirtió 24 millones de euros en la instalación en unas obras cuya primera fase se ejecutó durante el pasado verano para tratar de incrementar la productividad de la factoría. Ahora, después de que los trabajos terminaran en septiembre, el tren de carril está produciendo aún en pruebas para ver si las mejoras tecnológicas que se han introducido van surtiendo efecto. El plan inicial era que la actividad fuera cogiendo fuerza para que a finales de este año la fabricación alcanzara niveles óptimos.

La siderúrgica llevó a cabo en el tren de carril un cambio en el sistema principal de fabricación, instalando unas cajas de laminación universales, las cuales permiten obtener nuevos tipos de raíl, mejorar la calidad de los productos, fabricar los pedidos de una forma más flexible, reducir a la mitad los tiempos muertos entre la laminación de un pedido y otro, reducir al máximo las posibles averías de la máquina e incrementar notablemente la capacidad de producción de la instalación si hay demanda para ello.

Todo esto mezclado, señalaron fuentes sindicales, hará que la productividad de la planta crezca entorno a un 40% y que para "hacer lo mismo que se hacía hasta ahora haga falta menos personal". Está prevista, además, una segunda fase de los trabajos que comenzará, previsiblemente, a lo largo del verano que viene y que permitirán a la compañía fabricar vías de tren de una mayor longitud, de hasta 108 metros de largo (ahora sólo llegan a los 90). Para conseguirlo será necesario mejorar la zona de acabado, donde se enfrían los raíles una vez laminados. Cuanto más largo es un raíl, menor es el número de soldaduras necesarias para construir la vía. Algunos países como Suiza, Italia o Francia ya están demandando este producto.

La propia compañía asegura que los ajustes son transitorios. Las fuentes consultadas achacaron la caída de los pedidos a la bajada de la demanda española y señalaron que una vez que se completen los trabajos para poder fabricar carriles de mayor longitud se podrán abordar nuevos mercados internacionales, espacialmente en Europa.

Ésta no es la primera vez en los últimos meses que se anuncian ajustes en esta instalación. Durante el mes de abril la plantilla llevó a cabo varias movilizaciones por la supresión de uno de los turnos de trabajo y la forma en la que se iban a recolocar a los trabajadores afectados, sin respetar el escalafón, según la versión sindical. En el taller trabajan 275 trabajadores que durante buena parte de las semanas que duraron las obras recibieron un curso de formación para conocer cómo funciona el nuevo sistema de laminación.

Fuentes sindicales apuntaron ayer que "una vez llevadas a cabo las obras y formado al personal, no parece que el futuro de esta instalación pueda estar en duda". El nuevo sistema de laminación permite fabricar productos con mayor valor añadido, lo que supone una mejor defensa ante la competencia que llega desde China, donde se hacen aceros más baratos pero más básicos.