Un estudio asegura que el 70% de las consultas de atención primaria podría resolverse a distancia. Sin necesidad de que médico y paciente estén frente a frente. Ésa fue la idea que motivó a la compañía asturiana Health Tech Europe (HTE) a explorar el campo del diagnóstico a distancia y a promover una tecnología capaz de reducir también la distancia entre las consultas y los enfermos. Al proyecto le dieron forma en el Parque Tecnológico de Gijón, pero pronto vieron que sus primeras posibilidades de desarrollo estaban muy lejos. En concreto, HTE se las llevó a Estados Unidos y otros países americanos, donde ya tienen más de 700.000 clientes. Ahora la empresa trata de expandirse comercialmente en España, Italia y Turquía, donde considera que sus aplicaciones pueden tener un hueco tanto en el ámbito de la sanidad privada como en el de la pública. "El sistema médico en Estados Unidos y en Latinoamérica es muy diferente al que hay en Europa, por lo que ahora estamos tratando de adaptar nuestros desarrollos", apunta Pablo Pichel, director y socio fundador de la compañía.

Una de las primeras aplicaciones que desarrolló HTE está dirigida a digitalizar por completo el historial médico de los pacientes. El objetivo era que tanto ellos como sus médicos pudieran consultarlo cuando mejor les convenga. "Ahí vimos una oportunidad, porque los pacientes, por lo general, no tienen acceso a su historial", asegura Pichel. Y añade: "Con esta aplicación se puede llevar la información siempre encima e interactuar con ella". Sólo hay un pero, ya que la institución que tenga la gestión de ese archivo puede decidir qué cantidad de información recibe el paciente.

La empresa ha dado una vuelca de tuerca a su sector con otra aplicación denominada "Llama al doctor", y que permite dar servicios de atención primaria a distancia a cualquier hora del día. "Aquí creemos que en España podría haber un nicho de mercado en el campo de las aseguradoras", sostiene Pichel. La compañía tiene incluso un centro de atención de llamadas en Costa Rica para gestionar las consultas de los pacientes y derivarlos a los médicos que tienen en nómina. "Esto no es un servicio de emergencias; nosotros lo que hacemos es una consulta de atención primaria", aclara.

El charco lo cruzó uno de los socios, Vicente Bayarri, que fue quien vio que estas aplicaciones podrían tener un buen ajuste en el servicio de salud americano. Y encajó como anillo al dedo. Pero antes de dar el salto a América toda la tecnología se cocinó en unas oficinas del Parque Tecnológico de Gijón, bajo el mando de uno de los fundadores de HTE, Pablo García. Otro de los socios, Luis Pérez, es el encargado de asesorar al resto en todas las dudas legales que puedan surgir.

Su tercer producto está destinado a gestionar la información de los enfermos crónicos (diabetes, enfermedad renal, enfermedad pulmonar obstructiva y algunas dolencias cardiacas). "Sanidad se gasta 700 millones al año en tramitar los datos de estos pacientes", apunta Pichel. Con un mejor orden podría ahorrarse mucho dinero, sostiene la compañía asturiana.

Una vez probadas con éxito sus aplicaciones en América, la empresa quiere expandirse por España y por otros países mediterráneos, como Italia o Turquía. HTE ve unas tremendas posibilidades en el ámbito privado, pero también en el público, donde la digitalización de muchos servicios médicos va dando pasos firmes. "Creemos que en la sanidad pública podríamos tener un buen encaje para optimizar y aliviar los recursos, aunque es una pena pero aún hay algunas reticencias a perder el contacto físico entre los médicos y los pacientes", señala Pichel.

El futuro que HTE ya está investigando pasa, a juicio de Pichel, por el desarrollo de dispositivos electrónicos que vayan unidos a sus aplicaciones (lo que se conoce como "gadgets") y que permitan hacer determinados análisis y mediciones médicas a distancia. Sin que el médico y el paciente estén en la misma sala.