La dirección de Arcelor-Mittal y los sindicatos reanudaron ayer las negociaciones del nuevo convenio colectivo de la siderúrgica. En la reunión, la multinacional se negó a incluir al personal de fuera de convenio, un colectivo formado por un millar de empleados (en su mayoría jefes y mandos intermedios), en las subidas salariales que recibirá el resto de la plantilla. Este aumento, firmado en el llamado Acuerdo Marco en Madrid allá por febrero, incluye un alza salarial del 0,5% para este año, del 1% el próximo y del 1,5% en 2018.

La propuesta había partido de CC OO, que entiende que al menos la parte fija de la nómina de estos empleados debería incrementarse al mismo ritmo que la del resto. El sueldo de este grupo de personal tiene también un porcentaje variable que cada uno negocia de forma individual con la dirección de la compañía, y que varía en función del taller y según determinados objetivos. Fuentes sindicales aseguraron que la parte fija siempre había estado ligada a las subidas salariales firmadas en el convenio, hasta los recortes que se aplicaron fruto de la crisis económica.

A lo que sí se comprometió la siderúrgica es a presentar en la próxima reunión su propuesta sobre los permisos de los que disfruta la plantilla. Los sindicatos habían solicitado que se dieran más días libres cuando los empleados tienen que acompañar a algún familiar enfermo al médico. Las centrales apuntaron que la siderúrgica se negó de forma tajante a adoptar cualquier medida que le suponga un aumento de costes. Ambas partes firmaron ayer el calendario laboral del próximo año, y este mismo jueves está previsto que den también el visto bueno a las vacaciones de la plantilla para 2017. Un tema que otros años había resultado bastante conflictivo, derivando, incluso, en movilizaciones.