Mercados y negocios están sometidos a mutaciones muy rápidas y de gran calado, a "cambios de paradigma" que obligan a revisar de manera continua las estrategias empresariales, sea por las innovaciones técnicas o por las variaciones en los hábitos de consumo y en las necesidades de la gente, inducidos además por la propia revolución tecnológica. "Los planes de negocio eran antes para diez años y ahora son para un año y se modifican varias veces", se dijo ayer en las jornadas "La Asturias que funciona", organizadas por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo.

En el último de los coloquios del ciclo, celebrado en el Salón de Grados del centro universitario situado en El Cristo (Oviedo), los testimonios de directivos de Igualatorio Médico Quirúrgico, aseguradora especializada en salud; de la tecnológica Izertis y de la "star-up" de comercio electrónico Quiquilo dejaron ejemplos de cómo, desde sectores tan variopintos, empresas asturianas están respondiendo a las comentadas transformaciones. Lo esencial "es el sentido común", se comentó también.

"Una buena estrategia lleva al éxito en los negocios y con ello a la creación de riqueza y empleo para la sociedad", subrayó Julio Tascón, decano de la Facultad de Economía y Empresa y profesor de Historia Económica, que actuó como presentador del coloquio. El reto mayúsculo de las empresas, vino a decir, es acertar con las decisiones estratégicas.

Las que toma Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) están ancladas, según expuso su directora comercial, Laura López, en la adaptación a las variaciones del mercado, pero también en la experiencia y en los principios que, sostuvo, han arraigado en la compañía a partir de su nacimiento en 1959. "El trabajo para adaptarnos al entorno no debe hacernos olvidar valores como la transparencia, la ética corporativa o las plantillas consolidadas", dijo Álvarez. Y recalcó: "La mejor estrategia es el sentido común".

IMQ, hoy líder del seguro de salud en Asturias con una cuota del 45% y propietaria entre otros equipamientos sanitarios del Hospital Begoña en Gijón, afronta en su sector desafíos como la cohabitación entre sanidad pública y privada y, en el terreno comercial, la creciente competencia y la "guerra de precios" que últimamente se ha producido en el seguro de salud. En el origen de esos episodios, explicó Laura López, están ciertos efectos que la crisis económica ha tenido sobre la sanidad pública. "Se ha producido un deterioro que en Asturias se ha notado menos y más tarde que en las grandes ciudades, pero que en alguna medida también ha llegado. El efecto principal ha sido la demora en las pruebas diagnósticas; de ahí sale el auge comercial del seguro privado, centrado en el ramo diagnóstico", dijo la directiva, y auguró que la actual puja entre aseguradoras con precios a la baja se calmará y el mercado recuperará la normalidad: "Nadie da duros a cuatro pesetas".

A preguntas del público, formado principalmente por alumnos y profesores de la Facultad de Economía, Laura López abundó en la dinámica de coexistencia entre la sanidad pública y la privada. "Son compatibles; hay cosas que no se pueden hacer de forma privada", reflexionó. Y mencionó que uno de los hitos de IMQ, que surgió en origen para atender las necesidades sanitarias de un sector de la sociedad asturiana que carecía de Seguridad Social, ha sido consolidar como clientes a empresas asturianas líderes en sus sectores que disponen de un seguro médico privado complementario para sus plantillas.

Laura López se refirió al desarrollo de las jornadas "La Asturias que funciona", dedicadas a poner en valor el desempeño de las compañías y los emprendedores asturianos, como una muestra de que "Asturias también puede ser una referencia empresarial". Puede decirse que Izertis, con base en Gijón, es una de las empresas asturianas de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de referencia. Nacida en 1996, en los años del "boom" de las "punto.com", por iniciativa de alumnos de la Universidad de Oviedo, empezó dedicada al desarrollo de infraestructuras TIC y a prestar servicios asociados a ellas. Como explicó Carlos Melendi, director de desarrollo de negocio, Izertis es hoy una consultora con más de trescientos profesionales, internacionalizada y cuyo modelo de negocio ha cambiado tanto y tan rápido como lo ha hecho la tecnología. Entre 2011 y 2012, en plena crisis, Izertis triplicó su facturación. Y en 2013 salió al mercado exterior, estableciéndose en México y otros países Latinoamericanos.

"Cuando se da el salto internacional hay que tenerlo muy claro, saber si la empresa tiene el grado de maduración necesario, porque el entorno es muy competitivio y, si se falla, a menudo no hay una segunda oportunidad", subrayó Carlos Melendi. La apuesta capital de Izertis, añadió, es la innovación, a la que llega, entre otras vías, recargando ideas mediante el apoyo a "star-ups". La estructura del grupo tiene una parte dedicada a respaldar financieramente, a través de fórmulas de capital riesgo, a empresas jóvenes y con alto potencial de crecimiento .

El capital humano, respondió Melendi a una pregunta del público, es esencial para el desempeño de Izertis, y dar con los profesionales adecuados es tarea difícil. "Necesitamos más recursos y tenemos problemas para encontrarlos en Asturias, que es un mercado muy pequeño", afirmó el directivo. Enfatizó también ante los estudiantes que el dominio de los idiomas es vital para la actividad que desarrolla Izertis. Lo es en general apostar por la formación de la plantilla, algo que el directivo sintetizó en el siguiente comentario, inspirado en una frase que se atribuye a Henry Ford : "Se dice que es muy caro para las empresas formar a los trabajadores y que luego se los lleve la competencia, pero resulta más caro no darles formación y que se queden".

Quiquilo nació hace tres años con filosofía de "star-up": desarrollar una idea innovadora, con alto potencial de crecimiento y posibilidad de convertirse en un negocio "escalable" (capaz de elevar sus rendimientos sin que sea preciso aumentar la inversión al mismo ritmo). Roberto Bernabeu, director y cofundador, explicó cómo se gestó y en qué momento está Quiquilo, un negocio dedicado a la compraventa de ropa infantil de segunda mano que utiliza como soporte el comercio electrónico. "Lanzamos la idea, la hemos testado con una buena respuesta del público y ahora estamos en la fase de hacerla rentable", detalló Bernabeu.

El origen de Quiquilo tiene una conexión especial con las circunstancias personales de sus dos fundadores, antiguos trabajadores del Grupo Temper. Cuando en 2013 este fabricante de productos eléctricos sufrió una grave crisis, Bernabeu y un compañero alumbraron su idea de negocio de "e-comerce" tras haberse convertido en padres de gemelos y comprobar de primera mano cuánta ropa prácticamente nueva dejan los niños. "Estamos ante un cambio de paradigma: la transformación de la segunda mano", comentó Roberto Bernabeu. Su negocio consiste en comprar ropa a una familias y venderla a otras, utilizando el soporte web (para el ordenador y el móvil) como escaparate. Cada mes reciben entre 300 y 500 bolsas de ropa que procesan y comercializan con una plantilla de siete personas. "El apoyo público ha sido muy ágil y muy profesional", dijo el directivo sobre el respaldo de los instrumentos de promoción económica del Principado a Quiquilo. Una nueva idea asturiana que busca dar la campanada en el mismo sector que ha convertido a Wallapop en la revelación de las "star-ups" españolas (con un valor que se ha estimado de 1.000 millones de dólares.