La nueva tanda de ajustes que el Gobierno intentará negociar con la oposición para cumplir los objetivos de reducción del déficit en 2017 incluyen varias subidas tributarias que afectan al impuesto de sociedades y a los impuestos especiales. El Ministerio de Hacienda estudia varias opciones entre la que figuran reducir deducciones a las grandes empresas, elevar la fiscalidad sobre el gasóleo y establecer un impuesto sobre las bebidas azucaradas que gravaría principalmente el consumo de refrescos.

Por segunda vez en dos días, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no cerró ayer la puerta a posibles subidas tributarias para el próximo año. Respondió así a una pregunta de un periodista sobre la posibilidad de esos incrementos: "No hemos tomado ninguna decisión sobre el asunto al que hace referencia. Cuando la haya la comunicaremos; queremos hablar con otras fuerzas políticas que pueden ayudar a que los presupuestos salgan adelante". El jueves, el propio Rajoy, que en campaña electoral había prometido no subir "ningún impuesto", afirmó que no habrá incrementos de los tributos "importantes". Según la información que desde ámbitos gubernamentales se filtró en las horas siguientes, esos impuestos que quedan excluidos son el IRPF y el IVA. Alternativamente, el departamento de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro está estudiando aumentos de otros tributos de los que habría de salir una buena parte del ajuste "estructural" de 5.500 millones de euros que la Comisión Europea impone para 2017.

Sociedades. En sintonía con el acuerdo de investidura entre el PP y Ciudadanos, el Gobierno se plantea nuevas reformas en el impuesto de sociedades. No se tocarían los tipos de gravamen (el 25% con carácter general y el 30% para los bancos), pero sí el catálogo de deducciones y bonificaciones de las empresas con más de diez millones de euros de facturación. Se barajan, por ejemplo, cambios en las condiciones de tributación de las plusvalías obtenidas en la venta de filiales extranjeras y otros referidos a la compensación de las pérdidas de ejercicios anteriores. Estos ajustes incidirían de manera especial en las empresas de mayor tamaño y, presumiblemente, en la banca, los mismos a quienes afecta en mayor medida el aumento de los pagos fraccionados que entró en vigor este año para elevar al recaudación de sociedades en 8.000 millones ante el desfase de las cuentas públicas. El planteamiento encaja con las posiciones de Ciudadanos y se acerca a las del PSOE en la medida el programa electoral socialista apuesta por "reformar en profundidad el impuesto de sociedades, con el objetivo de ensanchar las bases imponibles y elevar la recaudación".

Gasóleo y "euroviñeta". El Gobierno planea también una subida del impuesto de hidrocarburos al menos para el caso de los consumos de gasóleo. El tributo que grava los carburantes (con el que Hacienda recaudó casi 8.000 millones hasta septiembre) es más bajo para el gasóleo que para la gasolina, aunque el primero de esos combustibles contamina más. Incrementar este tributo tendría buena acogida en Bruselas, donde es recurrente la exigencia a España de elevar al fiscalidad sobre los hidrocarburos, ahora inferior a la media europea (los impuestos suponen el 53% del precio del gasóleo, cuando la media europea es cercana al 60%).

Una subida fiscal del gasóleo impactaría particularmente en los transportistas, cuyas organizaciones patronales han dado la alarma sobre otra opción que estaría en estudio por el Ejecutivo: instaurar en España la "euroviñeta", el pago de una tasa que en otros países grava a los vehículos de transporte de mercancías de más de 3,5 toneladas que circulan por autovías.

Refrescos y tabaco. El Gobierno podría seguir también los pasos de la Generalitat en Cataluña e instaurar un impuesto estatal sobre el consumo de bebidas azucaradas, siguiendo una reciente recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para combatir el problema de la obesidad. La OMS propone un gravamen del 20% que afectaría básicamente a los consumidores de refrescos. La tasa ha sido aprobada en Cataluña en medio de fuertes quejas de la industria elaboradora. El Ejecutivo también ve margen para incrementa de nuevo el impuesto especial sobre el tabaco.

Un sector de expertos ha sugerido además reducir el número de productos a los que se aplican los tipos reducido (10%) y superreducido (4%) del IVA, algo que en varias ocasiones también ha demandado Bruselas.