Los asturianos con ocupación laboral a tiempo completo trabajan una media de casi 42 horas a la semana (41,9 en 2015), un resultado que los coloca por encima de la mayoría de los españoles y también de los promedios nacionales de 22 de los 28 países de la UE, según se infiere de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos por la Fundación Primero de Mayo (ligada al sindicato CC OO). Y entre todos los trabajadores, sean asalariados o autónomos, los asturianos más sujetos por su dedicación laboral son los del campo. Su semana de trabajo es por lo común de 62,5 horas, la mayor de toda España.
La información extraía de la EPA es una media ponderada que comprende tanto las horas ordinarias de trabajo como las extraordinarias y que tiene en cuenta tanto la actividad de los trabajadores asalariados como la de los autónomos, estos últimos por lo general con semanas laborales más largas que los empleados por cuenta ajena. De acuerdo con esos datos, la jornada de los asturianos ha sido superior a la media nacional durante todos los años desde 2008 y es la quinta mayor del país, por detrás de las registradas en la Comunidad Valenciana (42,2 horas semanales), Castilla y León y Galicia (42,1) y Murcia (42). Según estas mismas cuentas, el promedio asturiano de horas trabajadas supera a los que se dan en 22 países europeos. El estado de la UE con más jornada es Grecia (44,5 horas semanales).
La semana laboral de los asturianos es de las mayores de España en los servicios, que emplean a tres de cada cuatro personas. Ocurre otro tanto en la construcción. En la industria, la jornada es ligeramente inferior a la media. Pero es en el sector primario donde aparece uno de los resultados más contundentes: los profesionales asturianos del campo trabajaron unas 62,5 horas a la semana en 2015, 17 más que la media nacional correspondiente al sector. Sólo Cantabria se acerca a los registros asturianos (61 horas). Los resultados de ambas regiones se explican por la especialización en la ganadería, que exige mucho tiempo de dedicación y donde casi todo el empleo es por cuenta propia, de pequeños propietarios que, por las peculiaridades de la actividad, tienen jornadas un 50% superiores a la de un trabajador de cualquier otro sector.
