El abogado del exvicepresidente de la CEOE Arturo Fernández en el juicio contra 65 usuarios de tarjetas opacas al fisco de Caja Madrid pidió ayer la absolución para su defendido, al que en ningún caso se puede acusar de apropiación indebida -afirmó el letrado- por utilizar una visa que se le entregó para gastos personales dentro de su remuneración. El letrado Miguel Bajo indicó que, como mucho, Arturo Fernández habría cometido administración desleal, lo que acarrearía una multa y nada más.

Es "absurdo" acusarle de apropiación indebida, dijo el abogado, ya que para que se dé ese caso el bien debe poseerse previamente, e incorporarse a su patrimonio de modo ilegítimo; tiene que existir un título que acredite la propiedad legítima del bien, lo que no ocurre -sostuvo- con una tarjeta ni con su saldo.

En ningún momento, ni durante el periodo en el que fue consejero de Caja Madrid, apenas dos años, ni después, recibió Arturo Fernández comunicación alguna sobre obligaciones tributarias, explicó el defensor, quien recalcó que "no hay pruebas de que no haya declarado a Hacienda las cantidades que gastó". Además argumentó que en cuanto supo que Bankia quería corregir la situación, depositó la cantidad de la que había dispuesto Fernández (algo más de 37.000 euros).

El letrado responsabilizó de las tarjetas al expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro (que no está acusado) porque fue el que la creó. Pero el letrado no dijo que entonces las tarjetas eran sólo para gastos del cargo (no para compras), por cantidades mucho más limitadas y con justificante.