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Atrapado en la hipoteca que engorda

El allerano Jesús Manuel Rodríguez firmó un préstamo multidivisa de 470.000 euros para construir un chalé y tras diez años de pago de cuotas debe 494.500

Jesús Manuel Rodríguez (a la izquierda) y su abogado, Rubén Cueto Vallverdú. LUISMA MURIAS

El allerano Jesús Manuel Rodríguez tiene cada fin de mes un ojo puesto en el yen japonés y otro en su cuota hipotecaria. La cotización de la moneda del Imperio del Sol Naciente está irremediablemente ligada a su préstamo. Hace diez años firmó un crédito multidivisa con su banco para poder pagar la casa que se construyó en Villaviciosa. Desde entonces, cada trimestre, que es cuando salda cuentas con su entidad bancaria, es una sorpresa. Por más que paga, la cantidad que debe no sólo no ha bajado, sino que ha engordado. Cuando firmó el préstamo lo hizo por 470.000 euros, pero ahora, diez años después, le adeuda al banco casi 60,5 millones de yenes, que, al cambio, vienen a ser unos 494.500 euros.

Agotado de hacer malabares para poder abonar la cuota del préstamo, de solicitar adelantos en su empresa, de pedir dinero a sus familiares y de créditos rápidos, decidió denunciar a su banco, Liberbank, ante los tribunales. Perdió. La magistrada del Juzgado de primera instancia número 1 de Villaviciosa, Elena García Díez, le dio la razón a la entidad financiera alegando que ésta había cumplido "todos los deberes de información" y que la cláusula que se le había puesto en el préstamo "era clara y comprensible, por lo que procede rechazar su nulidad".

El afectado discrepa de la decisión de la jueza y ya ha recurrido la sentencia, que está en manos de la Audiencia Provincial de Gijón. El abogado del afectado, Rubén Cueto Vallverdú, asegura que su cliente "está en un secuestro financiero". Y defiende que Rodríguez no cumple con el perfil necesario para poder contratar un producto de estas características.

Jesús Manuel Rodríguez, visitador médico de profesión, asegura que todo lo que ganan él y su mujer va directamente para la hipoteca. Y ni con ésas les llega. Cada trimestre, cuando toca pagar, comienza todo un juego de equilibrismo para poder cumplir.

Todo comenzó en 2005, cuando Rodríguez pidió un crédito en Cajastur para construirse un chalé en Villaviciosa. Pagaba, por aquel entonces, una cuota de 1.780 euros al mes. "Eran todo intereses, no estaba amortizando nada, y cuando la casa estuvo acabada me dijeron que iba a tener que empezar a amortizar también capital", explica. La cuota subía y se asustó porque no podía estirar más sus ingresos. Lo primero que se le pasó por la cabeza fue intentar vender el chalé, pero la burbuja inmobiliaria estaba empezando a pinchar y parecía una empresa complicada. Solicitó a su banco un periodo de carencia. Pero se lo negaron. "Entonces fui a otro banco, a Bankinter, donde me dijeron que anular mi actual hipoteca y trasladarla allí me iba a salir muy caro", asegura. Allí le hablaron, a título informativo, de varios modelos de hipotecas, entre ellos el multidivisa. Volvió a su entidad de toda la vida, donde también ofrecían créditos referenciados a monedas extranjeras. "Me dijeron que con esa fórmula iba a pagar muy pocos intereses y mucho capital", explica. "Pregunté si tenía algún riesgo y me respondieron que no, que como mucho podía tener alguna fluctuación de un mes para otro de 200 o 300 euros", añade. Aceptó y la sorpresa llegó ya con el primer pago. "Recibo una llamada del banco y me dicen que no tengo suficiente dinero en la cuenta para afrontarlo", señala. La sorpresa fue mayúscula, tenía que abonar más de ocho mil euros por el último trimestre. Casi 3.000 euros por mes. El yen se había apreciado frente al euro y su hipoteca había pagado las consecuencias. Cuando firmó, el cambio de la moneda japonesa estaba en 168 yenes por cada euro, pero cuando llegó la revisión la divisa europea se había debilitado y se cambiaba a 124 yenes. Un palo.

Desde entonces, ha ido de susto en susto. Hubo trimestres en los que la cuota pasaba ampliamente de los nueve mil euros. Haciendo números, lleva pagados 215.443,80 euros pero aún debe casi medio millón de euros al banco. Pero hubo épocas peores. La fluctuación de las monedas provocó que en 2011 llegara a deberle a la entidad más de 707.000 euros.

Tal fue la asfixia que logró negociar con la entidad una carencia del préstamo durante quince meses. "Les dije que ya no quería la casa, que no podía pagar, que se la quedaran, y aceptaron la carencia," añade. Pero, una vez pasado ese tiempo de gracia, su cuota volvió a subir con fuerza.

El allerano prepara una nueva denuncia porque asegura que la entidad le está aplicando un diferencial mayor del fijado y apunta, como detalle, que cada vez que entra en internet a consultar lo que le queda por pagar le pone que debe más de sesenta millones de euros, cuando lo correcto debería ser que adeuda unos 60 millones de yenes japoneses.

En la primera sentencia del caso, la jueza de Villaviciosa se basa en una interpretación del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de que este tipo de préstamos no son un derivado financiero. Incluso apunta que "de las diligencias probatorias practicadas se estima probado que la voluntad de constituir un préstamo hipotecario multidivisa partió de los propios firmantes, que no sólo conocían los términos del contrato sino que, igualmente, los entendían".

La sentencia explica que al tratarse de un producto complejo fue necesaria la intervención de "múltiples departamentos de la entidad bancaria" debido tanto a la elevada cantidad solicitada como al riesgo inherente de la operación. Por eso, concluye que "no se estima probada la falta de información precontractual a los clientes". Y añade: "Fue la voluntad unilateral de los clientes, los que conociendo la combinación del riesgo que supone el interés y el cambio de divisa decidieron usar este sistema prestatario. Necesitando algunos empleados bancarios ayuda con otros departamentos para gestionar el protocolo de negociación e información previa a la firma".

Rodríguez tiene todas sus esperanzas puestas en superar su pesadilla en la Audiencia. Pero, viendo algunos precedentes, su abogado asegura que "estamos dispuestos a llegar hasta el final", al Supremo.

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