Es una de las señas de identidad de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la élite de la Policía judicial de la Benemérita. Sus entradas y registros suelen ser espectaculares y mediáticos, y pueden pasarse horas interminables sacando cajas de documentos. El de anteayer martes, en la sede regional de UGT, lo fue. No obstante, según agentes de la Guardia Civil, las incursiones de la UCO no tienen por qué ser tan espectaculares. Estos agentes realizan decenas de diligencias mucho más discretas, como solicitud de documentos, tomas de declaración o la grabación de conversaciones. Otras veces han sido más discretos en sus entradas y registros. Por alguna razón, en la Sindical, querían dar la mayor difusión a la operación. Quizá para animar a otros a declarar, quizá para dar por rematada la investigación.

Los agentes de la UCO actúan siempre de paisano. Si uno se fija en las fotos de la intervención del martes, son los guardias que llevan un chaleco con el distintivo de la unidad. Los otros, los que van armados hasta los dientes y guardaban los accesos al edificio, pertenecen a la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) de Oviedo, una unidad rápida que realiza controles antiterrorista, de identificación de personas y vehículos, la actuación en catástrofes, el control de masas y el apoyo a otras unidades en entradas y registros, como el del martes.

Su objetivo es impedir la entrada o salida de cualquier persona no autorizada durante el registro, para evitar la pérdida de pruebas o alguna huida. La entrada de la UCO es abrumadora, pero también lo es la falta de información con la que se encuentran en ocasiones las personas que trabajan en los edificios en que entran. Solo se comunican con las personas que pueden facilitarles las pruebas. Una primera negativa a facilitarlos puede llevar aparejada una multa. La contumacia, puede considerarse un delito de obstrucción.

Porque, al menos en el caso de la UGT, la entrada y registro fue llevada a cabo por orden de la juez instructora, y con presencia del secretario judicial, que tiene que haber realizado un registro minucioso de los documentos o efectos recabados. Los dirigentes de UGT indicaron que hubiese bastado con solicitar esa información y se hubiese facilitado. Pero esa buena voluntad puede no ser suficiente para los investigadores, que puede sospechar de una posible destrucción de documentos.

La irrupción de los agentes tiene que llevar aparejada además la detención de los presuntos autores de los delitos, aunque no siempre. La detención es importante a efectos de la defensa de los implicados, que pueden reclamar indefensión al saberse investigados sin saber la causa. También tiene que ver con los plazos de prescripción.