El consumo nacional de cemento (un indicador de la actividad económica) cayó el 3,1% en 2016 respecto al año precedente, situándose ligeramente por encima de los 11,14 millones de toneladas y poniendo fin a dos años consecutivos de crecimiento. Las exportaciones se mantuvieron al alza, por el contrario, y superaron los 9,78 millones, según Oficemen, patronal sectorial.

En el caso de Asturias, la venta de cemento en la comunidad bajó el 14,56% (se situó en 138.326 toneladas) pero la producción creció el 14,10%, hasta las 832.527 toneladas, según la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), lo que se explica por el alza de las ventas en el resto de España y en el mercado exterior. La producción asturiana (Corporación Masaveu) supone casi el 4% (3,98%) de los 20,92 millones de toneladas de fabricación española.

Oficemen estima que durante 2017 la producción cementera española permanecerá estancada, con un avance inferior al 1%, lo que juzgó como "muy preocupante". El cambio de tendencia del sector, tras dos años de recuperación, comenzó en realidad en 2015, cuando la demanda interna pasó de crecer a una tasa del 8,6% en el primer semestre a cerrar el ejercicio con un avance del 5,3%. Los dos ejercicios de repunte se produjeron tras una desplome de la demanda como consecuencia de la crisis, el parón de la obra pública y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Ésta y los grandes planes de infraestructuras en la etapa del crecimiento previa a la crisis habían llevado al sector a un récord de producción en 2007-2008. A partir de ahí se produjo un hundimiento que situó el consumo nacional a partir de 2013 en unos 11 millones de toneladas, al nivel de los años 60 y el 55% inferior a la media del último medio siglo.

Esta caída se vio parcialmente compensada por el esfuerzo exportador de las 35 factorías supervivientes en España. Las expediciones al mercado internacional saltaron de 1,1 millones de toneladas en 2007 (mínimos desde los años 70) a 9,8 millones en 2016, lo que situó a España como el mayor país exportador de la UE. Pero Oficemen alertó ayer de que el alza raudo del precio de la electricidad compromete la viabilidad de las plantas españolas.